A raíz de las recientes declaraciones realizadas por Amanda Bynes confirmando sus trastornos mentales, hemos investigado y nos hemos dado cuenta de que muchas celebrities sufren de los mismos problemas y es que la antigua estrella Disney no ha sido la primera en confirmar su enfermedad. De hecho en Hollywood es bastante habitual que actores y actrices cuenten con problemas de este tipo. A veces es la fama y otras problemas tan terrenales como una ruptura amorosa los motivos que provocan estos trastornos, pero sea cual sea la razón lo cierto es que no es oro todo lo que reluce detrás de sus mediáticas vidas.
Al igual que Amanda Bynes, otras famosas han sido diagnosticadas de trastorno bipolar y maníaco depresivas. De hecho, otra diva de Disney como es Selena Gómez ha confirmado que tiene un trastorno maníaco depresivo debido al estrés que le ocasiona muchos cambios de estado de ánimo. Más habitual es el trastorno bipolar. Famosos como Jim Carrey, Demi Lovato, Catherine Zeta-Jones o Mel Gibson tienen que seguir un tratamiento para evitar sus efectos.
Jennifer Lawrence fue diagnosticada en su juventud de Trastorno de Déficit de Atención, al igual que Lindsay Lohan. Aunque ésta última no lo tenía y debido al error y la mezcla del tratamiento con alcohol generó un cóctel terrible en su cuerpo. Con todo, la depresión es uno de los principales males en Hollywood. Estrellas de la categoría de Gwyneth Paltrow, Kirsten Dunst, Hugh Laurie, Britney Spears o Robert Pattinson sufren episodios depresivos que en algunos casos les ha llevado al hospital. Algunos casos, como el de Owen Wilson, han sido tan graves que les ha llevado al intento del suicidio. El actor lo pasó tan mal después de la ruptura con Kate Hudson en 2007, que trató de acabar con su vida.
Otras personalidades de este entorno sufren enfermedades más difíciles de diagnosticar. De sobra es conocida la neurosis compulsiva de Woody Allen y que tanto refleja en sus películas. El actor que da vida a "Harry Potter", Daniel Radclife, tiene dispraxia, una enfermedad que le afecta en la coordinación de sus movimientos, incluso para los más cotidianos como atarse los cordones de los zapatos. Uma Thurman por su parte tiene que enfrentarse a un trastorno dismórfico corporal que se genera por una preocupación importante y fuera de lo normal por algún defecto percibido en las características físicas, ya sea real o imaginado. Aunque Megan Fox, la actriz de Transformers, no lo ha reconocido, parece que sufre esquizofrenia.
La cleptomanía de Winona Ryder o el pánico de Nicole Kidman a los front row son otros trastornos que se conocen de nuestras celebrities. Personas que viven bajo la atención pública y aparentan vivir en una nube de felicidad y abundancia, pero que en muchos casos es precisamente esta vida artificial lo que les lleva a padecer enfermedades psicológicas o psiquiátricas de todo tipo.
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