Hay bodas de tantos estilos como gustos y vestidos de novia tan diferentes como las mujeres que los visten. Sin lugar a dudas, la elección del diseño para un momento tan especial, es algo que debe corresponder principalmente a la protagonista del enlace. Su personalidad, sus inspiraciones o sus tradiciones familiares suelen tener mucho que ver aunque, en ocasiones, pueden llegar a sobrepasar los límites del buen gusto y convertirse, por razones equivocadas en el centro de atención de la celebración.
Vestidos “radiantes” e “inmaculados” con menos tela que un bikini de verano, estampados dignos de las mejores tiendas de sofás de saldo o complementos que deslumbran, literalmente, a cualquiera que se atreva a mirarlos fijamente sin la debida protección –anti radiación-.
Son los denominados anti-vestidos de novia. Creaciones del más allá hechas traje por algún diseñador con trastorno de personalidad. Ilusiones ópticas a base de retales, más cerca de la fantasía y el exceso que de cualquier evento digno de llamarse enlace.
Esta galería de imágenes realiza un somero recorrido por la casa de los horrores nupciales y sus orgullosas modelos. Novias seguras de lucir el modelo perfecto, que derrochan personalidad pero que andan algo más escasas de elegancia. El ejemplo perfecto de lo que no debe hacerse.
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