Para 2030, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que más del 80% de los trabajos en el mundo requerirán conocimientos tecnológicos relacionados con las carreras STEM. Pero estamos ya en 2020 y todavía nos queda mucho por avanzar en igualdad. Así lo demuestra el informe "Mujeres e Innovación", que tiene como objetivo analizar la brecha de género en el sector de la innovación para poder diseñar e impulsar medidas que palien los obstáculos que encuentran las mujeres en este sector.
Mejoramos en investigación y docencia, pero la brecha continua presente
La producción científica es el ámbito en el que encontramos mayor paridad. Según la Comisión Europea, de toda la producción teórica científica que se elabora en España, el 41% es de autoría femenina, dato que pone a España por encima de la media europea en autoría, donde encontramos que las firmas femeninas bajan hasta el 37,5%. Del mismo modo sucede, aunque con un dato bastante más desalentador, en cuanto a las patentes registradas, con un 16,7% en España frente al 9,1% para el resto de Europa.
No obstante, mientras en proyectos de investigación el 43% del profesorado es femenino, el número de docentes se reduce al 35,2% cuando se trata de actividades con transferencia de conocimiento. Algo que sucede también en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con un 36% de mujeres en su plantilla y un 23% en transferencia.
Emprendimiento en tecnología: deficiente en paridad
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población empleada en sectores tecnológicos es del 74% vs. 26%. Pero, si bien obteníamos algunos datos alentadores en investigación y docencia, no sucede lo mismo en cuanto a emprendimiento. En este caso, mientras dos terceras partes de los emprendedores son hombres, solo un tercio del total de empresarios, ya sea con personal asalariado o sin él, está formado por mujeres.
Pero, ¿por qué el mundo tecnológico sigue siendo masculino?
Para comprender la desigualdad debemos tener en cuenta, en primer lugar, el número de mujeres que se matriculan en grados relacionados con STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas por sus nombres en inglés). Pese a que el incremento en estas titulaciones crece cada año al ritmo del 30%, la brecha sigue siendo mayor, con casi un 50% más de hombres graduados.
Y quizás aquí encontremos la razón de ser de la desigualdad, en cómo percibimos nuestros propios conocimientos sobre ciencia. En un mundo en el que hemos estudiado a los grandes científicos pero con menor visibilidad a las grandes científicas, un estudio elaborado por el Wellcome Global Monitor y reseñado por la EAE Business School asegura que los hombres son más propensos que las mujeres a decir que saben algo o mucho sobre ciencia, existiendo una diferencia en España de entre 11 y 15% entre ambos sexos.
¿Estamos haciendo lo suficiente por la igualdad?
La percepción de las políticas de igualdad implican un importante sesgo por género y privilegios. Mientras que el 71% de los españoles cree que se ha hecho lo necesario por conseguir la igualdad, esta percepción cae hasta el 54% en el caso de las mujeres.
Ahora bien, Ciencia y Tecnología no es el ámbito que más preocupa a los españoles en cuanto a prioridades; y es que los cuidados de los niños y el hogar, los negocios, los deportes o el gobierno y la política, encabezan la lista cuando se les pregunta en qué ámbitos consideran insuficientes los logros conseguidos hasta ahora; relegando a la Ciencia al último lugar del ranking de sus preocupaciones en materia de igualdad.
¿Cómo acabar con la brecha de género en el sector STEM?
Un estudio realizado en 2015 por Geena Davis titulado “Gender Bias Without Borders” señalaba las mujeres solo suponen el 12% cuando se representa el campo de las ciencias en las grandes pantallas. Por lo que una de las grandes apuestas para paliar la brecha de género en el sector es la de dar visibilidad a referentes femeninos.
Inventoras famosas: mujeres que revolucionaron un mundo de hombres
Desde pequeñas, los estereotipos de género empiezan a configurar nuestra visión del mundo, lo que supuestamente está hecho para nosotras y lo que no. Es en este sentido en el que tenemos que avanzar. Desde los juguetes a las asignaturas, potenciando la igualdad en los niños y las niñas para fomentar un aprendizaje sin sesgos, complementado con diferentes iniciativas como becas para el estudio destinadas a mejorar la integración de las estudiantes a las carreras tecológicas, formando a las futuras referentes del sector.
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