Son miles de personas las que arriesgan su vida diariamente para huir de los horrores de la guerra siria y embarcarse en un exilio que les puede costar la vida. Esta fue la decisión que Yusra Mardini y su familia tomaron hace dos años. Salieron de Turquía en una embarcación para cruzar el Mar Egeo y llegar hasta Grecia. Sin embargo, al ser la embarcación tan precaria y llevar sobrepreso (20 personas viajaban en ella), el motor se rompió y el agua comenzó a llenar su interior.
"Lo perdí todo, solo tenía una camiseta y unos vaqueros, ni siquiera tenía unas chanclas", cuenta la joven en un vídeo de Naciones Unidas, pues en aquel momento tuvieron que deshacerse del poco equipaje que llevaban para restar peso a la embarcación. Yusra era nadadora profesional en su país, pero tuvo que dejar de entrenar durante debido a los conflictos. En aquel momento, en el que se encontraban tirados en medio del mar sin poder escapar, no dudó en tirarse al agua, junto a su hermana y algunos compañeros más, para nadar durante tres horas y llevar la embarcación hasta tierra firme.
Finalmente, y tras curzar a pie y en caravana países como Macedonia, Serbia y Austria, la familia de Yusra consiguió llegar hasta Alemania. En Berlín, la joven se inscribió en el Wasserfreunde Spandau 04, un club de natación que estaba cerca del centro de refugiados donde vivían. Allí pudo retomar sus entrenamientos diarios.
En los últimos meses, ha trabajado muy duro, entrenando dos veces al día, para lograr su objetivo: se ha sumado a otros 42 candidatos elegidos por el Comité Olímpico Internacional para representar al equipo de refugiados sirios en los Juegos Olímpicos de Río, que comenzarán el 5 de agosto con la ceremonia de apertura. "Me gustaría representar a todos los refugiados porque quiero mostrarles que después del dolor y de la tormenta, pueden llegar días de calma. Quiero animarles a que no se rindan, que persigan sus sueños, que hagan lo que sienten en su corazón, aunque en un principio parezca algo imposible", explica.
En junio anunciarán a los finalistas y podremos conocer si Yusra se encuentra entre ellos. "Cuando la guerra termine, volveré con todas estas experiencias y enseñaré a los demás lo que he aprendido aquí".
Europa no puede dar la espalda a los refugiados
No podemos terminar este artículo sin recordar que, aunque Yusra Mardini tuvo suerte en su camino, en la actualidad hay miles de personas sirias sin hogar ni recursos. Personas que huyen de la desesperación, del temor, que arriesgan su vida al intentar buscar un futuro mejor. La situación que estamos viviendo supone uno de los mayores dramas humanitarios que hemos vivido en los últimos tiempos. Y mientras tanto, los gobiernos de los diferentes países no cumplen con sus programas de ayuda.
De los 850 refugiados sirios que España se comprometió a acoger ante la ONU, aún no ha llegado ninguno. Hay unos cinco millones de refugiados sirios en todo el mundo, y los países desarrollados solo han prestado ayuda a un 1,39% de ellos, según los datos de Oxfam Internacional. Un problema ante el cual Europa no puede dar la espalda y ante el que se deberían buscar soluciones, sin olvidar algo imprescindible: los afectados no son cifras ni porcentajes, son personas que necesitan ayuda.
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