Según la ONG Save the Children, cada siete segundos contrae matrimonio una niña menor de 15 años en Estados Unidos. Y es que los matrimonios con menores de esta edad están permitidos en 38 de los 52 estados que componen el país americano. De hecho, 27 de estas regiones ni siquiera imponen una edad mínima para que las pequeñas pasen por el altar. Y así, amparado en este indignante vacío legal, ha tenido lugar el matrimonio de una niña de 10 años que previamente había sido violada por su actual esposo.
Sherry Johnson es el nombre de la pequeña víctima de esta aberración. Su familia pertenece a una comunidad religiosa ultraconservadora que permitió que la niña fuese violada por el pastor de la iglesia y también por otro feligrés. Después de estos abusos, Sherry se quedó embarazada de uno de sus agresores y, con el fin de ocultar su tenebrosa historia a las autoridades, su familia decidió que contrajese matrimonio con él.
La pequeña ya ha dado a luz a su hijo y ahora va a casarse con su violador, nueve años mayor que ella. Por si esta historia no fuese suficientemente dramática, las autoridades de la congregación religiosa a la que pertenece la obligan a abandonar sus estudios para dedicarse a la educación de su hijo.
Por suerte, las autoridades han intervenido a tiempo y actualmente, Sherry está lejos de su violador y su matrimonio ha sido anulado. Eso sí, continúa dedicándose al cuidado de su niño cuando ella aún lo es. Una historia terrible ha afectado a casi 250.000 niños en los últimos diez años en Estados Unidos.
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