Ha hecho sus pinitos tanto en teatro como en cine y televisión, pero no fue hasta que vimos Vivir es fácil con los ojos cerrados, la película de David Trueba, cuando comenzamos a conocerla verdaderamente. Entonces su interpretación le valió el Goya a Mejor actriz revelación. Este año Natalia de Molina ha vuelto a conseguir un segundo cabezón gracias a su papel en Techo y comida, donde encarna a una madre luchadora en paro. En su discurso, además de los agradecimientos propios, la actriz andaluza aprovechó para reivindicar la visibilidad de las mujeres en el cine: “El cine gana cuando se le da más espacio a las mujeres, que somos muchas. Si algo tenemos en común es que amamos el cine”.
Natalia ha hecho historia en el cine español al convertirse en la intérprete más joven en recibir dos Goya con tan solo 25 años. En esta última ocasión se ha alzado con el de Mejor actriz protagonista por dar vida a Rocío, una madre soltera y sin trabajo que apenas tiene dinero para comer. Para no perder la tutela de su hijo Adrián, intenta aparentar una vida normal mientras tiene que ingeniárselas para pagar las deudas y que no les desahucie el casero.
Lamentablemente, el film de Juan Miguel del Castillo no es otra cosa que el reflejo que viven algunas familias españolas a las que la crisis ha azotado duramente. Tal y como informó la ONG Oxfam Intermon, la pobreza en nuestro país ha aumentado de manera alarmante en los últimos años, con 13,4 millones de personas en riesgo de exclusión.
Precisamente por esto, con la conciencia de que se deben tomar medidas para apalear las desigualdades y el sufrimiento de tantas familias, Natalia quiso lanzar un mensaje crítico durante su discurso. Sin embargo, el límite de tiempo establecido silenció su voz, por eso decidió escribirlo más tarde a través de las redes sociales, alto y claro:
¡Ellas toman el mando! 50 películas dirigidas por mujeres
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