A sus 66 años, Meryl Streep no para de trabajar. La actriz acaba de estrenar su última película, Ricki, en la que interpreta a una estrella del rock. Streep no solo tiene la capacidad de sorprendernos metiéndose en la piel diferentes personajes dentro de la gran pantalla, también lo hace fuera de ella gracias a su lucha particular por conseguir avanzar en la igualdad de género dentro de su profesión. Su último proyecto se llama Writers Lab, un taller en el que podrán participar aquellas mujeres interesadas en el mundo del guión cinematográfico y que la propia actriz se ha encargado de financiar.
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Este taller de escritura cuenta también con la colaboración de New York Women in Film and Television e IRIS, un grupo de mujeres cineastas. El requisito para poder apuntarse es tener más de 40 años, una condición que tiene como objetivo brindar el apoyo necesario que tanto cuesta encontrar a las mujeres de esta edad a la hora de hacerse un huevo en esta profesión.
El taller contará con las clases magistrales de guionistas y directoras de cine como Caroline Kaplan (Boyhood), Kirsten Smith (Una rubia muy legal), Mary Jane Skalski (Vidas cruzadas) o Meg LeFauve (Del revés). El curso se llevará a cabo en el centro de mujeres Wiawaka, en Nueva York, y se desarrollará durante los días 18 y 20 de septiembre. Las elegidas para participar en este proyecto han sido finalmente 12 mujeres, pero se han llegado a presentar más de 3.500 solicitudes.
Writers Lab supone un pequeño impulso en la lucha por la igualdad de género, una causa en la que Meryl Streep está muy involucrada. La actriz presentó el pasado junio en el Congreso de Estados Unidos una carta firmada en la que apelaba a la conciencia de los políticos en cuanto a la igualdad de derechos de las mujeres: “Os escribo para pediros que os levantéis por la igualdad, por vuestra madre, vuestra hija, vuestra hermana, vuestra esposa o por vosotras mismas”, escribía la actriz, con el objetivo de que se reavive la Enmienda de la Igualdad de Derechos (ERA), una iniciativa política que, aunque está aprobada, no ha llegado a ratificarse.
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