Mallorca, ese paradisíaco lugar de vacaciones que, en estas fechas, inspira en nosotras relax, playas de ensueño y, por supuesto, también fiesta. Una fiesta, la de la zona de Magaluf en Mallorca, que ve peligrar su reputación por nuevas prácticas con las que te vas a llevar las manos a la cabeza. No son casos aislados, sino que se dan en varios locales de la zona. Son actividades que quedan muy lejos de ser una diversión sana. Tras el balconing y el tamponing llega algo aún peor... ¿Creías que no se podía llegar más lejos?
El mundo se ha vuelto loco, definitivamente. Hemos oído hablar de adolescentes que practican el tamponing que consiste en utilizar tampones impregnados en alcohol con el fin de emborracharse con mayor rapidez. También de quienes deciden saltar desde la terraza a las piscinas de sus hoteles en estado de embriaguez... Ahora comenzamos a oír hablar del mamading. Una nueva 'moda' que se da en ciertas discotecas de la zona de Magaluf en Mallorca, según informa mallorcadiario.com.
Consiste en que las chicas hagan el mayor número de felaciones posibles en un determinado periodo de tiempo para conseguir barra libre en el bar durante todas sus vacaciones. Algo que, dicho de otra forma, se traduce en sexo con desconocidos a cambio de alcohol... O, lo que es lo mismo, denigrar a la mujer y correr el riesgo, además, de contagiarte de cualquier enfermedad venérea.
Una experiencia que, por increíble que te parezca, resulta un reclamo para muchas chicas, sobre todo extranjeras, que llegan este verano a la isla. Pero el mamading no ha desembarcado solo en Mallorca. La conocida como droga caníbal (MDPV) le acompaña. Una sustancia, derivada del LSD, que provoca instintos caníbales en las personas que la consumen, además de otros efectos como paranoia extrema, reacciones violentas, psicosis y afloramiento de instintos suicidas.
Esta droga que ya ha provocado casos de canibalismo en Estados Unidos, ha llegado a las costas mallorquinas con un caso que ha revolucionado el tranquilo ritmo diurno de la isla. Un turista británico que había consumido esta sustancia irrumpió en una de las playas de la localidad y comenzó a repartir mordiscos entre los turistas que estaban tumbados en la arena. Todo un despliegue de seguridad y sanitarios fue necesario para detener los impulsos del agresor, como se muestra en este vídeo. Está claro que decimos sí a la diversión pero siempre con sentido común.
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