Las autoridades iraníes han permitido por fin que las aficionadas acudan a los estadios de fútbol sin ser sancionadas. El primer encuentro en el que se ha puesto en práctica esta medida aperturista ha sido el partido disputado este jueves 10 entre los equipos de Irán y Camboya, el segundo partido dentro de la fase de clasificación para el Mundial de Catar de 2022. Aun así, todavía se mantiene ciertas restricciones. De hecho, solo se dispusieron 4.000 entradas femeninas para un total de 78.000 plazas que acoge el estadio Azadi que, además, estarían separadas de los hombres. De estas entradas, algunas ni siquiera fueron puestas a la venta, según informa El País. Otra de las restricciones a las que se ajusta la nueva medida es que las aficionadas solo podrán asistir a una selección de partidos, ya que los encuentros de la Liga Iraní se reservarán exclusivamente a hombres.
Esta medida que prohibía a las mujeres el acceso a los estadios de fútbol fue impuesta hace 40 años tras la Revolución Iraní de 1979 y condenaba a penas de cárcel a las aficionadas que accedieran. Se trata de una norma no escrita que, sin embargo, se ha aplicado durante las cuatro décadas de forma estricta. El cambio de normativa se anunció el pasado 19 de septiembre de este año y aunque es un importante avance en lo que respecta a los derechos de las mujeres iraníes, se teme que sea una medida provisional teniendo en cuenta el ultimátum que dio la FIFA y el escaso número de entradas concedidas a las mujeres. Irán ha sido el último país en aprobar este cambio después de que Arabia Saudí lo hiciera en 2018
Presiones de la FIFA
Algunos aficionados y aficionadas temen que se trate de una cesión concedida por las presiones de la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA), que debido a las controvertidas restricciones que impone el país a las mujeres, amenazó con suspenderlo de la participación. Esta medida podría ser, por tanto, un intento de zafarse de las críticas y el apremio de la Federación.
El presidente de Irán, Hasan Rohani, ha mostrado su apoyo al cambio, pero la sección más conservadora del gobierno, junto con el clero, se han encargado de frenarlo.
La Chica Azul
En 2018 la aficionada iraní Sahar Khodayari, de 30 años, acudió a un partido de fútbol camuflada de chico. La policía la detuvo y le abrió un expediente: iba a ser condenada a seis meses de cárcel. Como consecuencia, el pasado 10 de septiembre, Khodayari se inmoló delante del juzgado. Fue bautizada como la Chica Azul porque llevaba la camiseta de su equipo favorito, el Esteghlal, en el momento en que fue detenida. Este acontecimiento conmovió tanto al público como a la sección reformista del gobierno, motivo por el que la Justicia Iraní abrió una investigación.
Tras lo sucedido, la FIFA emitió un comunicado en que encrudecía su llamamiento al gobierno iraní, imponiendo que retirase las restricciones en cuanto a la asistencia de mujeres a partidos de fútbol. El plazo se extendía hasta el 31 de agosto de 2019.
Ya entonces, Hadi Ghaemi, el director ejecutivo del Centro para los Derechos Humanos en Irán, advirtióque la FIFA no debería suavizar las imposiciones a Irán tras un ablandamiento de sus restricciones que bien podría ser ocasional.
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