Menos del 30% de los investigadores y científicos de todo el mundo son mujeres y uno de los factores que influyen en esto es la cantidad de obstáculos a los que ellas todavía tienen que enfrentarse. Para cambiar esto y fomentar el reparto equitativo de puestos científicos y en investigación, la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) estableció el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con el objetivo de dar visibilidad a las mujeres científicas y lograr que las niñas tengan referentes en este sector.
Ciencia con nombre de mujer
Escuchar las ideas de niños y niñas es clave para promover el desarrollo y la igualdad, pilares fundamentales, según la UNESCO, para un desarrollo sostenible. Sin embargo, las mujeres siguen topándose con numerosos obstáculos en sus carreras, lo que se traduce en falta de visibilidad de profesionales y falta de referentes para las niñas. Para cambiar esto, es fundamental, al menos como primer paso, establecer una jornada internacional que reconozca el papel de las mujeres y su perspectiva crítica en los sectores científico y tecnológico, ya que el camino de la diversidad es el único válido para enfrentar nuevos retos y conquistar nuevas metas.
¿Qué nos viene a la cabeza cuando imaginamos a un investigador o un científico? Una imagen poco actualizada de doctor loco y anciano vistiendo bata y unas gafas. El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia quiere cambiar esta perspectiva o, al menos, ampliarla, sobre todo en las edades más tempranas, para que en el futuro niñas y niños no encuentren tantas barreras. Por todo ello, se celebran desde el 1 de febrero y hasta el día 15 un conjunto de 1.700 actividades entre charlas, conferencias, talleres y coloquios destinados a fortalecer el rol de mujeres y niñas en la ciencia, eventos en los que participan ciudadanos, instituciones y socios con el objetivo de empoderarlas.
Leni Bascones, investigadora en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid, ha sido la responsable de organizar los actos en España y cuenta que "solo el 10% de los hombres considera que ser mujer perjudica el recorrido en la carrera científica", y que eso ocurre "porque quizás los demás creen que no nos gusta". Esta invisibilidad es la que repercute en el trabajo y esfuerzos de científicas e investigadoras, que parecen no existir cuando se pronuncian las palabras "eminencia científica".
Científicas: pasado, presente y futuro
Empezó hace cuatro años como una representación teatral que se estrenó en el Salón de Actos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de la Universidad de Sevilla y hoy, por obra de la ilustradora Raquel Gu, es un cómic que, en palabras de su autora, quiere enseñar a las niñas que no son menos talentosas que los niños pero sobre todo, que la ciencia no es cosa de chicos.
Se titula Científicas: el cómic, se puede leer y descargar online y ya acumula más de 35.000 descargas desde que se publicase el pasado 9 de enero. La adaptación a un formato tangible y más accesible, idea de María del Carmen Escámez, de la unidad de cultura científica de la Universidad de Sevilla, promueve la erosión de la estigmatización, la misma por la que todavía muchos creen que si no hay más mujeres científicas es, probablemente, porque tienen menos interés o porque sus méritos no han sido suficientes.
Sin embargo, los datos no apoyan esta tesis: hombres y mujeres a partes iguales inician carreras en investigación, proporciones que se mantienen hasta el grado A. Después de esa frontera, la composición cambia: un 79% de hombres ocupan puestos de importancia frente a un 21% de mujeres. Para acabar con esto es fundamental escuchar, educar y romper estereotipos culturales.
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