Es algo muy común, especialmente cuando se trata de padres primerizos, pues ya se sabe que la falta de experiencia y el afán por hacer bien las cosas nos hace preocuparnos, a veces en exceso, por el bienestar de nuestro pequeño. Y ni decir ya cuando nuestro niño aún es un bebé, ¡la de dudas que nos asaltan! Seáis padres primerizos o con sobrada experiencia, seguro que estos diez momentos que os traemos a continuación os hacen revivir ese nerviosismo, ese vuelco del corazón y ese cosquilleo en los dedos que habéis experimentado en ciertas ocasiones. Y es que, aunque ser padres es lo más bonito del mundo, a veces también logra ponernos histéricos. ¡Aquí te dejamos 10 momentos que lo demuestran!
1. Cuando te das la vuelta en el súper y has perdido a tu hijo de vista:
>Lo primero que piensas: Lo he perdido, ¡tengo que llamar a la policía!
>La explicación más probable: Se ha escondido detrás de la estantería más próxima o se ha entretenido viendo juguetes.
>Nuestro consejo: Dale la mano o métele dentro del carrito mientras haces la compra.
2. Cuando estás durmiendo y te das cuenta que sus llantos no te han despertado en horas:
>Lo primero que piensas: ¡No respira! ¡Se ha ahogado!
>La explicación más probable: Ni tiene hambre, ni necesita un cambio de pañal, tu bebé simplemente duerme plácidamente y del tirón, ¡enhorabuena!
>Nuestro consejo: Vuelve a dormirte.
3. Cuando un ruido no identificado suena en mitad de la noche (y proviene de su habitación):
>Lo primero que piensas: ¡Han entrado ladrones en casa!
>La explicación más probable: Seguramente se haya caído algún juguete que estaba mal colocado en la estantería.
>Nuestro consejo: Tranquilos, id a echar un vistazo, ¡y a la cama!
4. El momento en que descubres orina de color rosa en el pañal de tu bebé:
>Lo primero que piensas: ¡Seguro que tiene una infección, debo llevarle al hospital!
>La explicación más probable: las niñas recién nacidas pueden presentar fluidos de este color durante dos o tres días después del parto. Se debe a la retirada de las hormonas que la madre le ha estado proporcionando en el útero. Si se trata de un niño, piensa: ¿le has dado algo que contenga remolacha para comer?
>Nuestro consejo: Cámbiale el pañal.
5. Cuando salís de viaje y te acuerdas de que has olvidado su peluche preferido en casa:
>Lo primero que piensas: A ver cómo consigo que se duerma ahora...
>La que va a ocurrir: Va a ser complicado, paciencia.
>Nuestro consejo: Ofrécele un peluche sustituto o entretenle con cualquier cosa que tengas a mano: las llaves son un objeto cotidiano que les suele sorprender. ¡Prueba!
6. Cuando escuchas un gran "¡boom!" seguido de un inquietante silencio... y después un grito.
>Lo primero que piensas: Me he dejado la ventana abierta, ha cogido una silla... ¡y se ha tirado!
>La explicación más probable: Iba correteando por casa y se ha chocado con algún juguete, mueble... o con el gato.
>Nuestro consejo: Evita que haya obstáculos en casa y limita su espacio de juego.
7. Cuando le esperas a la salida del cole y te das cuenta de que todos los niños ya han salido menos el tuyo:
>Lo primero que piensas: ¡Me lo han secuestrado!
>La explicación más probable: Seguramente haya olvidado el libro de matemáticas en la cajonera y ha tenido que regresar a por él.
>Nuestro consejo: Ayúdale después con los deberes.
8. Cuando reina el silencio y la tranquilidad en casa... de manera excesiva:
>Lo primero que piensas: ¡Al fin un poco de calma!
>La explicación más probable: Lo más seguro es que tu hijo haya encontrado el plan más estúpido, temerario y divertido del mundo.
*Advertencia: no caigas en la trampa. Si hay demasiado silencio en casa, tienes muchos motivos para preocuparte.
>Nuestro consejo: ¡Corre a ver qué ocurre!
9. Cuando al fin has conseguido dormirle y sales de la habitación como un ninja para no hacer ni un ruido:
>Lo primero que piensas: Al menor ruido...¡estamos perdidos!
>La que va a ocurrir: Te vas a tropezar por intentar llevar a cabo tu misión a oscuras.
>Nuestro consejo: Duérmele con la lamparita encendida y mira por dónde pisas.
10. Cuando tu bebé se niega a comer el potito que le has preparado durante todo el día:
>Lo primero que piensas: ¡Es anoréxico!
>La explicación más probable: Puede que lo que hayas cocinado no le guste mucho o tal vez no se encuentre bien.
>Nuestro consejo: Prueba a darle otros alimentos y, si tampoco los come, haz una visita a tu pediatra.
LETTER
Y además:
20 papás la mar de divertidos gracias al "cambio de look" hecho por sus hijas
Las divertidas historietas con las que cualquier madre se sentirá identificada