Hasta el 5 de noviembre, padres e hijos podrán disfrutar de las 500 piezas originales procedentes de todos los rincones del mundo que forman la muestra. Todos ellos, están enmarcados en su contexto histórico, que les da un sentido mucho más trascendente a la exposición. Por ejemplo, se podrá ver el impacto en los niños, y en su forma de divertirse, debido a las dos guerras mundiales o la crisis económica originada en el 29.
Por otro lado, se puede conocer la evolución de los juguetes desde las pinturas o los artículos de madera al comienzo de la era de las pantallas, a finales del siglo. En definitiva, el MoMA ofrece un retrato original e impresincible para entender mejor la sociedad contemporánea y, sobre todo, el punto de vista de los más pequeños a lo largo de los años.
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