Qué bonito es ver crecer a personajes de cierta popularid ad a través de sus películas o de sus álbumes. O no... Porque muchos de ellos han perdido su infancia y su etapa más dulce sin parar de trabajar en grandes producciones del mundo del cine y de la música.
Es habitual pensar que estas pequeñas estrellas han desaprovechado las estapas más bonitas del ser humano haciendo cosas impropias de su edad (pocas veces se habla de la cantidad de horas que pueden echar en un estudio de grabación o en un set de rodaje) y son muchos los ejemplos de famosos que han dado ese salto a la poularidad de manera prematura y años más tarde han sufrido las consecuencias de este auge tan efímero como veloz.
Adicciones, problemas sentimentales y otras tristes circunstancias son las que han rodeado a las mal llamadas "estrellas estrelladas". Pero otras han salido de ese hoyo y en gran parte, además de por una tremenda fuerza de voluntad, lo han hecho gracias a que han echado mano de su patrimonio, cuantioso y variado.
En el top 10 de las estrellas con una gruesa cuenta bancaria se encuentran Miley Cyrus, Justin Timberlake, Scarlett Johansson, Drake o Reese Witherspoon quienes, a pesar de haber protagonizado películas y hits cuando apenas alcanzaban la mayoría de edad, sí que han continuado trabajando en sus respectivas artes y, por lo tanto, aumentando cada vez más su riqueza.
Pero, ¿y aquellas gemelas rubias de ojos azules que llegaron a nuestras pantallas cuando apenas tenían cuatro años? Así es, las hermanas Ashley y Mary-Kate Olsen se sitúan entre los primeros de la lista de celebrities infantiles famosos, con 500 millones de dólares, solamente superadas por la actriz de los ojos violeta, la espectacular Elizabeth Taylor, que trabajó en un centenar de películas y falleció con un patrimonio inreíble y envidiable: 600 millones de dólares.
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