A la mayoría de mujeres que sufren incompetencia cervical, el problema les pilla por sorpresa. Cuando una se queda embarazada espera que todo sea como en las películas, pero la realidad es mucho más cruda que como la pinta Hollywood. La sorpresa de una embarazada que dilata en el segundo trimestre de forma inesperada es muy desagradable. Acaba o bien con una pérdida del embarazo o bien con una operación de urgencia que la mantendrá en la cama el resto de la gestación.
Pocas personas conocen qué es la incompetencia cervical y, por lo tanto, qué es un cerclaje en el embarazo. Lo primero, como dijimos hace unos meses, es un problema por el que el cuello del útero dilata de forma pasiva ante el peso del feto, provocando un parto prematuro en el segundo trimestre de embarazo. Lo segundo, es la solución mecánica que la medicina aporta al problema.
El cerclaje es una cinta, de un tipo u otro de material, que se coloca alrededor del cérvix para evitar un parto prematuro en mujeres con incompetencia cervical. Existen tres tipos de cerclaje según el periodo de gestación en el que se coloquen: preventivo o profiláctico, que se sutura en torno a la semana 14 de gestación para evitar que el cuello del útero dilate en mujeres con un historial de partos prematuros; el terapéutico, que se pone antes de la semana 26 si se observan signos de acortamiento, y el de emergencia, que es un sálvese quien pueda y se pone cuando la mujer acude al médico con el cuello dilatado y la bolsa con el bebé está ya de camino.
Según el tipo de técnica que se utilice en la operación, se habla de otros tres tipos de cerclaje. El más sencillo y practicado es el McDonald-Hervet, que consiste en pasar la cinta por cuatro puntos del cuello para luego cerrarlo estirando los dos extremos de la cinta, como se cerraría un saco. Se aplica en los cerclajes de emergencia, entre otras situaciones. Otra técnica es la de Shirodkar, que fue la primera en aplicarse. Es más complicada que la anterior. La cinta se oculta y se cree que reduce las posibilidades de infección. El tercer tipo es el cerclaje abdominal o Brenson, que se sitúa por el abdomen, lo más arriba posible del cérvix y se puede colocar antes del embarazo y retirarse tiempo después, condicionando los partos a que sean por cesárea. Aunque en algunos países se hablan de más tipos de cerclaje (como el Espinosa Flores en México), suponen variaciones de alguno de los tres principales.
El tipo de cerclaje que los doctores vayan a colocar a una mujer con cérvix incompetente no es algo que elija la paciente. Lo normal es situarlo por vía vaginal y solo abdominal cuando o bien ha habido un problema con cerclajes vaginales anteriores o bien el cuello del útero es muy corto o está roto.
A pesar de que las conclusiones sobre la eficacia de esta técnica son confusas, yo puedo decir por mi experiencia que el cerclaje me ha dado la oportunidad de tener hijos y que cada día son más las madres que conozco que han podido tener a sus bebés gracias a esta técnica. Es importante que el cerclaje sea preventivo y se ponga cuando el cuello del útero todavía tiene una buena medida. El problema con la incompetencia cervical es que no se diagnostica de manera oficial hasta que la mujer ha tenido tres partos prematuros y muchos doctores esperan a que haya más de una pérdida antes de practicar el cerclaje preventivo. Mi consejo es que estas madres acudan a otros médicos para buscar más opiniones.
Contenido elaborado por Paula Zubiaur autora del blog Embarazo con cerclaje
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