El London Fashion Week siempre ha sido un evento que desafía los límites de la moda, y este año no fue la excepción. La diseñadora londinense Mowalola Ogunlesi se ha convertido en el centro de atención tras presentar uno de los desfiles más controvertidos de la temporada primavera-verano 2024. Pero lo que más ha llamado la atención no son solo sus diseños vanguardistas, sino también las críticas que ha recibido por "romantizar" la violencia en la industria de la moda.
Mowalola Ogunlesi fundó su firma en 2017 después de graduarse de la prestigiosa escuela Central Saint Martins. Sin embargo, no fue sino hasta hace algunas temporadas que capturó la atención del mundo de la moda con sus audaces pantalones vaqueros que parecían caídos, dejando al descubierto las piernas de los modelos. La expectación por su desfile primavera-verano 2024 era enorme, pero nadie anticipaba la controversia que se desataría.
El desfile se inspiró en la película "Crash" de 1996, dirigida por David Cronenberg, la cual trata sobre un accidente de coche. Esta inspiración se reflejó en los maquillajes llamativos que las modelos lucieron en la pasarela, emulando cicatrices, heridas y ojos morados. Las redes sociales ardieron al ver estas imágenes, especialmente una en la que la supermodelo Irina Shayk aparecía con un ojo morado hiperrealista. La ambigüedad ética de este maquillaje se convirtió en el foco de la polémica.
Además de los maquillajes controvertidos, el desfile incluyó prendas con estampados que emulaban manchas de sangre y neumáticos, así como diseños con logotipos que parodiaban marcas famosas como Umbro y McDonald's. Sin embargo, lo que generó más controversia fue el uso de banderas nacionales como estampados en las prendas. Esto incluyó una falda con la bandera de la Unión Europea mezclada con una gorra de la Union Jack, así como la bandera de Japón y la bandera de China. La bandera de Arabia Saudí, con la inscripción de la shahada, que dice: "No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta", en una minifalda, provocó un intenso debate en las redes sociales y se interpretó como una ofensa a la comunidad musulmana.
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El pasado 18 de septiembre, Irina Shayk compartió en Instagram una foto de su participación en el desfile de Mowalola, luciendo un vestido plateado con un escote halter abierto en la espalda y en los laterales, acompañado de botas azul cobalto hasta el muslo. Aunque Shayk describió la pasarela como "increíble", sus seguidores no compartieron la misma opinión. En lugar de destacar la audacia del diseño, los comentarios se centraron en el maquillaje que simulaba un ojo morado y un labio magullado.
Mientras algunos ven la provocación como una forma de expresión artística, otros la consideran insensible y ofensiva. La moda, como cualquier forma de arte, sigue siendo un terreno fértil para el debate y la reflexión sobre los valores y límites de la sociedad actual.