En 2006 le vimos junto a Ben Stiller en Noche en el museo. Ésta fue una de las últimas apariciones del polifacético Mickey Rooney, una de esas estrellas de Hollywood que eran capaces de interpretar, cantar, bailar, imitar o lo que le echaran. Hasta ese momento, este todoterreno ya había participado en más de 150 películas durante los 80 años que se mantuvo en activo. Y es que desde bien pequeño, con tan solo 15 meses, ya participaba en un show de la mano de sus padres.
Fue como adolescente, interpretando al joven Andy Hardy en un total de 15 películas, cuando consiguió fama mundial. Desde entonces, se le vio compartiendo escena con Judy Garland en varios musicales o en películas como Babes in Arms (1939), The Human Comedy (1943), The Bold and the Brave (1956) y The Black Stallion (1979), por las que estuvo nominado al Oscar en cuatro ocasiones, aunque solo consiguió el Oscar honorífico.
Respecto a su vida fuera de las cámaras, Rooney fue todo un seductor. Estuvo casado un total de ocho veces, la primera de ellas con Ava Gardner en 1942, en un matrimonio que duró practicamente un año. También era una estrella políticamente incorrecta, pues llegó a hablar de sus relaciones íntimas con otras estrellas de la época como Lana Turner o Marilyn Monroe. Y es que su corta estatura, 1,57 metros, no supuso para él ningún impedimento a la hora de conquistar a una mujer. Él mismo bromeaba con que tenía tantos hijos que no sabía ni donde pasar la Navidad.
En 1983, Rooney recibió un Oscar honorífico por sus 50 años dedicados a la interpretación. Toda una vida a la que todavía podremos sumar alguna película más, pues ha dejado rodadas algunas escenas para Noche en el museo 3. Y es que ha sido tan prolífica su carrera que, incluso después de su despedida, su sombra va a seguir siendo alargada. Descanse en paz.
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