¿Qué tiene de importante?
Las personas que no tienen confianza en sí mismas se infravaloran constantemente, y no imaginan que otros puedan encontrarles alguna cualidad. La falta de confianza simplemente les impide tomar iniciativas e ir hacia adelante. No creen en lo que hacen, así que dejan de intentarlo. ¡Se pierden así muchas oportunidades! En otros casos, las personas poco seguras de ellas interpretan un papel para sentirse más a gusto, y construyen una imagen que no es la suya. Estas personas tendrán pues dificultades para encontrar un camino que verdaderamente les convenga y así tener su vida bajo control. Por el contrario, la confianza en uno mismo permite pensar de una forma autónoma, y actuar más libremente, aportando así a las relaciones con los otros un carácter más auténtico y abierto.
¿Cómo tomar las riendas?
Cuando una persona no tiene confianza en sí misma, debe intentar ser consciente de que posee una identidad plena. Es decir, es necesario que tenga una idea clara de quién es verdaderamente: una persona única, con sus pasiones, su carácter, su sensibilidad, sus gustos... A continuación, debe intentar poner de relieve sus puntos fuertes, su saber-hacer: su capacidad de organización, su escucha, su talento culinario... porque a la fuerza hay un campo en el que uno se siente más a gusto que en otros. No dudes en hacer una lista con tus cualidades sobre un folio en blanco, para asimilarlos bien.
Igualmente ignora los prejuicios adquiridos en la infancia o la adolescencia. Muy a menudo, la falta de seguridad proviene de las miradas o de las palabras negativas dirigidas a ti durante este periodo.
Las 5 claves para tener confianza en uno mismo:
1- La aceptación
Concédete el derecho a tener opiniones, pensamientos o actuaciones. Y aprópiatelas sin denigrarlas nunca ni negarlas. Así, a diario, nos forzamos a dar nuestra opinión en una conversación, incluso si va en contra de lo que piensan los demás, e incluso si imaginamos que eso no tiene interés. Prueba primero en círculos reducidos, por ejemplo en familia. Después, cuando te sientas más a gusto, expresa tu opinión delante de tus amigos. Última etapa: en el trabajo, delante de los compañeros durante una reunión.
2- La afirmación
Sé auténtica en tus relaciones, y no busques falsear la realidad con el objetivo de agradar. No puedes copiar tu actitud de la de los otros, porque cada uno posee su propio modo de expresión. Ejemplo: compra la ropa que realmente te gusta a ti en lugar de copiar siempre el look de tu mejor amiga. Atrévete a decirle a tu chico que no te ha gustado esa película de terror que a él le entusiasma.
3- Fijarse objetivos
Ponte pequeños desafíos a diario. Para ello, hay que conocer las capacidades de uno mismo y sus propios límites, fijándose objetivos realizables. Ve progresivamente, etapa por etapa, aumentando la dificultad. Después observa los resultados para reconocer lo que se necesita cambiar y ajustar.
Observar los fracasos permite también detectar los puntos en los que se cojea, y evitar así reproducir los errores.
4- El método Coué
Repite mañana, tarde y noche frases positivas: “lo puedo hacer”, “tengo capacidad para realizar este trabajo...” o “soy la mejor”..., es el pensamiento positivo y ayuda a tener confianza en una misma, y a no verlo todo negativamente. Pero para que este método funcione ¡antes hay que creer en tu propio poder!
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5- Afrontar las situaciones
En lugar de huir sin cesar de las situaciones que te hacen sentirte a disgusto, hay que enfrentarse a ellas e ir a por todas. No bajes la mirada en cuanto te miren, responde y participa en la conversación cuando un desconocido entabla un diálogo... Todo con el objetivo de adquirir nuevas experiencias para, poco a poco, reducir estas situaciones angustiosas.