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Saber perdonar

por Elena Bonet ,
Saber perdonar

Traiciones, humillaciones, agresividad... Algunas situaciones hacen sufrir y parecen imperdonables, incluso cuando son personas queridas quienes las han protagonizado. Sin embargo, muchos especialistas afirman que hay que saber perdonar, para alcanzar una paz interior y lograr la felicidad personal. Nuestros consejos para conseguirlo:


¿Qué es el perdón?

El perdón tiene dos sentidos bíblicos: cuando Dios perdona a un hombre le levanta el castigo previsto por el pecado cometido. Y cuando un hombre perdona a otro, anula sus malos sentimientos respecto al que le ha ofendido.

Sin embargo, una decepción, una gran vejación o una traición son, a primera vista, difícilmente perdonables. Acto de valentía para algunos o de debilidad para otros, el perdón permitiría romper la relación de resentimiento y amargura que se había establecido entre nosotros y la persona a la que tanto apreciábamos pero que nos ha herido, voluntaria o involuntariamente.

Saber perdonar es, de este modo, pasar página anta una situación dolorosa, sin resentimiento. El perdón supone también aceptar el error del otro, pero también admitir que en algunos casos podemos tener parte de responsabilidad. En definitiva, ya no podemos odiar a esta persona, echándole la culpa únicamente a él, y concluimos que sus actos caerán sobre su conciencia

Saber perdonar requiere estar dotado de una gran tolerancia y una apertura de mente, para poder comprender el error del otro y aceptar que él o ella hayan podido hacernos sufrir.

¿Por qué perdonar?

Si perdonar no significa olvidar, tampoco significa que tengamos que comprender ni restar importancia a su error o a su ofensiva acción. Se trata más bien de hacer un favor al “culpable”, permitirle sentirse mejor y que pueda volver a empezar.

Buenas razones para perdonar:

- Saber perdonar puede ser un acto muy egoísta, que se hace por uno mismo, para sentirse más tranquilo y feliz. Es de sobra sabido que el odio o la voluntad de venganza ejercen sobre la mente un rechazo sobre los recuerdos y, por ello a la larga, una cierta fatiga moral.

- Saber perdonar, también es perdonarse a una mismo y salir de una especie de crispación para afrontar tu destino. Perdonar permite aliviar el corazón, volver a un estado de libertad y a una especie de autonomía con respecto al pasado.

- En algunos casos, el perdón puede conducir a ciertas reconciliaciones. Una amiga muy querida que te ha ocultado algo grave, gente próxima que te han puesto ante una situación humillante... A veces es posible restablecer los vínculos, cuando los acontecimiento se juzgan con un poco de perspectiva.. Por el contrario, cuando se trata de amor y de engaños, a veces se puede perdonar, pero es más difícil la reconciliación. El perdón nos ayuda a tomar conciencia de que no sirve de nada reprochar a un ex las causas del fracaso de la relación, y lo más conveniente es actuar para pasar cuanto antes a otra cosa.

Saber perdonar: las grandes etapas

El perdón a veces es largo y doloroso. Este camino se compone de varias etapas:

• Toma de conciencia: te ha dolido y eres consciente de ello. Algunas sufren en silencio y no paran de darle vueltas, mientras que otras prefieren desarrollar diversas estrategias como la racionalización de los hechos, incluso la negación de los acontecimientos.

• Los reproches: a continuación tomamos conciencia de las cosas y expresamos nuestro enfado e indignación. Esto es un paso doloroso pero importante para la cura, ya que ayudará a poder transformarlo rápidamente en energía positiva. Es necesario transmitir el rencor y la amargura sentida. Es frecuente experimentar una cierta antipatía hacia el ser que nos ha herido, lo que a veces ayuda a superar la prueba, y es normal. Por el contrario, es preferible no volver a ver a la persona que nos ha ofendido, al menos al principio. Lo ideal es hablar con la gente cercana acerca de cosas que nos animen, con el fin de descargar las emociones negativas y ser aconsejado.

• La relativización: es una fase que llega después de haber hecho una especie de repaso de lo sucedido, pasado un tiempo recapacitamos sobre el acontecimiento y aprendemos a relativizar, a matizarlo. Lo importante es tomar perspectiva evitando culpar al otro. Entramos así una nueva etapa en los que aprendemos a separarnos del otro y decir adiós a un lazo afectivo del pasado.

• El perdón: hay que aceptar este episodio doloroso de tu historia y abandonar el papel de víctima. Una amiga que nos ha traicionado, un miembro de nuestra familia que nos ha hecho daño, un hombre que nos ha abandonado vilmente... El perdón no requiere más que dos condiciones: que no se tenga rencor a la persona que nos ha ofendido y que estemos preparadas para volver a ser la protagonista de nuestra propia vida, a no sufrir más y a pasar a otra cosa. A veces incluso, el perdón te hace más fuerte... No obstante, es importante dejar pasar el tiempo antes de perdonar para que sea definitivo.

¿Hay que perdonarlo todo?

La noción del perdón no depende forzosamente del acto. Aparentemente, un crimen, un incesto, una violación o un accidente grave son seguramente acontecimientos traumáticos, y por ello imperdonables.

No se trata aquí de decir lo que hay que perdonar o no, sino de entender lo que se es capaz de perdonar. Todo es una cuestión de la percepción que se tenga de la realidad y de nuestra propia definición de perdón.

Saber perdonar, el debate...

La religión (más particularmente el cristianismo y el judaísmo) recuerda sin cesar que hay que aprender a perdonar, sin negar, sin embargo, la dificultad de este acto.

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Los seminarios de desarrollo personal insisten igualmente en las ventajas del perdón. Lo que no siempre es del agrado de los terapeutas franceses. Según ellos, este concepto no tiene ningún rigor clínico y puede generar, en los casos graves, un riesgo para las víctimas de sentirse responsables, incluso culpables, de sus actos pasados. La dimensión “zen” que emana del perdón es mucho más complicada en el inconsciente de quien perdona. En definitiva, si un acontecimiento llega a una familia y uno decide perdonar, corre el riesgo de verse rechazado por los otros, que no perdonan y no han recorrido este camino interior.

Elena Bonet
Durante los últimos 20 años, la prioridad de Enfemenino consiste en amplificar las voces de las mujeres. A través de nuestros contenidos, vídeos y eventos, queremos animar a nuestras comunidades …
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