¿Qué es?
Se define el acoso profesional, o mobbing, como una actitud abusiva que se manifiesta por comportamientos, gestos, escritos, actos o palabras que pueden herir, por su repetición, a la personalidad, la dignidad, la integridad física o psicológica de una persona. Una conducta que va desde poner en peligro el empleo de esta persona o empeorar el clima de trabajo.
El acoso profesional se puede ejercer entre colegas del mismo nivel jerárquico, o el caso más frecuente, de un superior a un subordinado. Este conflicto se desarrolla entre un dominante y un dominado, pero es la personalidad de la víctima la que es cuestionada y no su saber-hacer profesional.
¿Cómo reconocerlo?
De manera general, el acosador está ansioso de poder y de reconocimiento. Tenemos tendencia a creer que va a tomar a una persona débil, pero no, más bien a una persona concienzuda, inteligente o productiva que pudiera hacerle sombra.
Existen características muy precisas que pueden marcar si se trata de acoso o sólo de acontecimientos puntuales:
> Los ataques son individuales, incesantes y apuntan a una sola persona en particular y siempre a la misma.
> Esas burlas repetitivas, ese humor sarcástico, esos malos entendidos humillantes no se dirigen al trabajo propiamente dicho, sino a la intimidad de la víctima. El trabajo no sirve más que de pretexto para conseguirlo y no hay razones objetivas para estas reprimendas.
¿Cómo escapar de esta situación?
> Si te entran dudas, es importante hacer frente al agresor para verificar si lo que sientes es la realidad o no, y cuanto más pronto mejor. Así que más vale preguntar claramente lo que se te reprocha. Si la respuesta queda dentro del marco profesional, no hay motivos para inquietarse. Por el contrario, si hay un alborozo y comentarios injustificados, ya tienes la respuesta a tus dudas. Pero tienes que reaccionar como si nada te hubiera perturbado. Lo contrario sólo le haría más fuerte.
> Tienes que desdramatizar a toda costa y quitarte el sentimiento de culpa, no has hecho nada mal. Es esencial encontrar aliados en el seno mismo de la empresa: compañeros, el jefe de Recursos Humanos, en el departamento de medicina del trabajo, representantes del personal, incluso superiores de tu propio superior. Todos pueden ayudarte a afrontar la situación. No tengas miedo de que tus gestiones lleguen a sus oídos, porque esto puede poner freno a sus actuaciones. El acosador siempre tiene mucho miedo a ser desenmascarado.
LETTER
> Puedes actuar y preparar una carpeta con un registro de todos sus desplantes para pillar al agresor. Haz demostrar por los testigos las humillaciones sufridas. Anota cada hecho (fecha y hora), conserva las notas de servicio, cartas certificadas y mensajes desagradables que te envía. Tantas pruebas que acrediten tus declaraciones y te ayuden en tu batalla.
Si esto te arruina la moral, te estresa, te impide conciliar el sueño, no hay que vacilar en consultar a un especialista que te ayudará en este periodo en el que dudas mucho de ti y de tus competencias.