Artículo elaborado por la psicóloga y coach Salva Contreras, de EnfocaT Coaching
Somos seres emocionales y son las emociones que sentimos en un momento dado las que nos mueven a actuar en un sentido u otro. Tus pensamientos generan en ti una emoción y, en función de lo que esa emoción te haga sentir, actuarás en consecuencia. Es lo que se llama triada emocional: pensamiento, emoción, acción. Así, tu conducta y tus decisiones están influenciadas por las emociones que te están generando tus pensamientos acerca las situaciones que estás viviendo. Y esos pensamientos pueden estar originados en las creencias que tienes del mundo que te rodea.
Tus experiencias pasadas se guardan como recuerdos en ciertas partes de tu cerebro límbico, en concreto en el hipocampo y la amígdala, responsables de la memoria, las emociones y los sentimientos.Todo aquello que has vivido durante los primeros años de tu infancia, la época en la que la neuroplasticidad cerebral es mayor, también se añade a tu maleta límbica.
Y, a medida que creces, lo que oyes de manera repetitiva o las actitudes ante determinados aspectos de la vida que suceden en el seno familiar o en tu entorno más cercano, se sitúan en tu cerebro como parte de tu herencia. De esta forma, las creencias sobre el dinero, el poder, el trabajo o la pareja, por ejemplo, se transmiten de generación en generación como si fuesen parte de tu ADN. Es lo que explican los últimos avances en epigenética.
Tus decisiones no son libres
Muchas de tus conductas, actitudes y decisiones vitales vienen predeterminadas por lo que otras generaciones han hecho o pensado antes. Por supuesto, es una transmisión inconsciente que se realiza tanto a través del lenguaje como de las actitudes y acciones. Una carga genética invisible que, especialmente, soporta un gran número de mujeres en la actualidad sin apenas reparar en ello.
En numerosas ocasiones esa transmisión es la responsable de la frustración y la infelicidad que sientes cuando no consigues alcanzar tus objetivos, ya sea tener un mejor trabajo, encontrar una pareja o avanzar profesionalmente, por ejemplo. Por eso, es vital ser consciente de lo que está ocurriendo cuando repites una y otra vez los mismos patrones obteniendo siempre, obviamente, el mismo resultado. Es decir, que no paras de tropezar siempre en la misma piedra.
Es en esos momentos, en los que se hace necesario que explores y analices la situación para realizar cambios a nivel personal y ser consciente de que, el primer enemigo que tienes, eres tú misma. En este sentido, es de vital importancia la coherencia personal y poner el foco en tus fortalezas para reconstruirte de nuevo. Tienes que ser consciente de que tú tienes la opción de tomar la decisión valiente de cambiar lo que no te gusta de la vida que tienes, para reinventarte y encontrar el camino de tu felicidad.
Tres pasos que te ayudará a conseguir el cambio
Si hay algo claro es que, para que algo cambie, primero tienes que cambiar tú. Porque cuando tú cambias, por pequeña que sea la transformación, todo a tu alrededor también lo hace. ¿Has oído hablar del efecto mariposa o la teoría del caos? Es un fenómeno que explica el hecho de que el aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo. Es decir, que un pequeño acto, un pequeño cambio en ti, puede significar una gran transformación en tu vida.
Para ser consciente de lo que ocurre y hacer los cambios necesarios para avanzar, tienes que tener en cuenta tres pasos importantes.
1. La primera es que cuestionar todo lo que “crees” creer. Si tu creencia acerca de una determinada situación no te está dejando avanzar, es hora de preguntarte por qué piensas así. Qué te hace creer eso y si, realmente, tienes evidencias objetivas sobre el tema.
2. El segundo punto necesario es alinear tus valores más importantes. Si no eres feliz con tu pareja o con el trabajo que tienes, es posible que estés vulnerando tus principios para mantener esa situación y, de ahí, que te sientes frustrada, desmotivada o infeliz.
3. El tercer tema que tienes que tener en cuenta es dónde pones el foco. Porque en aquello que te enfocas es donde pones tu energía. Si únicamente te fijas en lo que te falta en lugar de en lo que tienes, no será posible que seas feliz. Por mucho que tengas, siempre encontrarás algo que te faltará. Por eso es importante darte cuenta de lo que tienes y enfocarte en tus puntos fuertes en lugar de en tus debilidades.
Para profundizar en todo esto y comenzar a emprender acciones personales profundas que te ayuden a ser consciente de tu “herencia” y hacer los cambios necesarios que te dejen avanzar, te recomendamos la lectura de Imagínate que puedes, en la que te planteo una serie de ejercicios y reflexiones que te ayudarán a reinventarte y a desbloquear esos aspectos de tu vida que te hacen tropezar siempre en la misma piedra.
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