Antes de comenzar y para impregnarte de lleno de la cocina italiana, te dejamos algunas recetas imprescindibles de esta gastronomía que te van a hacer la boca agua:
Ahora ya sí, antes de empezar con nuestras bases, repasamos los ingredientes que vamos a necesitar:
- 1 vaso de harina
- 12 g de levadura fresca Levital
- 1/3 vaso de agua
- Un pellizco de sal
- 1 cucharada de aceite de oliva
Preparación:
Comenzamos disolviendo aproximadamente la mitad de un dadito de levadura en un vaso con un tercio de agua. Es muy importante que la temperatura del agua no sea ni muy fría ni muy caliente. También se le puede añadir una cucharada de azúcar y dejarla reposar unos 5 minutos antes de continuar. Una vez esté disuelto, se vierte el contenido del vaso en un bol. A continuación, añadimos la harina y la sal. La cantidad dependerá del gusto de cada uno.
Después, añadimos una cucharada sopera de aceite y comenzamos a remover. Poco a poco, la mezcla se irá haciendo cada vez más densa. Cuando no puedas seguir removiendo con el tenedor o cuchara, utiliza las manos hasta que quede lo más uniforme posible.Una vez que la masa esté lo más homogénea posible, espolvorea un poco de harina sobre la mesa. Coloca la masa y comienza a amasar.
El truco del buen amasado está en hacer una bola, aplastar, doblar la masa sobre sí misma y volver a compactar. Estos pasos debes seguirlos durante un par de minutos. No te olvides de espolvorear de vez en cuando la mesa donde estás trabajando para que la tarea sea más sencilla. Cuando hayas acabado con el primer amasado, crea una bola y déjala reposar durante una hora en un bol tapado con papel film. Durante este tiempo, la levadura hará su efecto y la masa fermentará, aumentando su volumen y esponjosidad.
Necesitaremos que el horno haya estado precalentándose a 230ºC durante unos 20 minutos antes de meter nuestra pizza ya terminada, por lo que este puede ser un buen momento para encenderlo y dejar que vaya calentándose mientras terminas de preparar tu pizza.Llega el momento del segundo amasado. En esta ocasión vamos a necesitar un rodillo. Volvemos a espolvorear harina sobre la mesa y aplastamos la masa con el rodillo. El objetivo es que quede una capa fina. Para ello, el truco está en amasar y estirar bien la masa, sin olvidarte de darle la vuelta de vez en cuando.
Puedes hacer tu pizza con la tradicional forma redonda o hacerla en función del tamaño de la bandeja del horno. También puedes hacerle bordes, tú decides. Cuando tenga el grosor a nuestra preferencia, es el momento de añadir los ingredientes que más nos gusten y meterla al horno.
Por cierto, si al preparar la masa no has calculado bien las cantidades y has hecho de más, ¡no tires el excedente! Guarda bien tu masa y métela al congelador. Podrás utilizarla más adelante en tu próxima receta.
¿Te animas a hacer tu propia pizza en casa? Aquí tienes un vídeo en el que puedes ver una de nuestras variantes favoritas paso a paso:
Artículo elaborado en colaboración con Levital Levadura.
LETTER
Y además:
20 helados que son una auténtica oda al verano
5 postres para hacer con 5 ingredientes (o incluso menos)