La pasta admite todas las recetas imaginables. Es perfecta para cualquier ocasión y siempre –o casi siempre– queda deliciosa. Por todo esto, dudamos mucho que sea posible encontrar a alguien a quien no le guste la pasta y, menos aún, cuando hablamos de los pequeños de la casa. Y es que la pasta es, sin duda, uno de los platos estrella si quieres triunfar con los niños y casi nunca pondrán problemas para tomarla. Por eso es una excelente idea combinar este plato con legumbres y verduras y, así, conseguir que tomen estos alimentos que, por desgracia, no tienen el mismo éxito.
Y como sabemos que a ti también te encanta la pasta, tenemos una propuesta para ti. ¿Alguna vez has pensado en preparar pasta fresca casera? Hecha en casa, la pasta es, si cabe, aún más deliciosa. Y puede ser un buen plan para disfrutar de un ratito en familia. ¿Os animáis?
No te asustes. Preparar pasta casera es más fácil de lo que crees. Apenas necesitas ingredientes y ni siquiera es imprescindible tener máquina. Así que, podéis poneros manos a la obra en cualquier momento. ¿Te atreves? Te dejamos con la receta y algunas sugerencias que puedes poner en práctica para preparar tus primeros platos de pasta casera. Te sorprenderá lo sencillo que es y lo deliciosos que quedan los platos. ¡Dudarás en volver a comprarla en los supermercados!
Manos a la obra: ¿cómo preparar pasta fresca sin máquina?
Los ingredientes
Para preparar pasta fresca en casa solo necesitarás:
- 250 g de harina de trigo
- 2 huevos
Para comenzar
Lo primero que deberás hacer es tamizar la harina y colocarla sobre una superficie sobre la que puedas amasar cómodamente. Una vez hecho esto, forma un círculo con ella, una especie de volcán. Dentro, deberás poner los dos huevos.
Para formar la masa, ve añadiendo poco a poco la harina del borde del crater del volván que has formado con ella, asegurándote de que se integra poro a poco con los huevos. Cuando estos se hayan menzclado con la parte de la harina que hayas ido incorporando a la mezcla, termina de integrarla con el resto de la harina que formaba el volcán. Una vez tengas la masa, forma una bola y déjala reposar tapada durante media hora a temperatura ambiente.
Moldea y da forma a la pasta
Cuando haya pasado este tiempo, amásala con un buen rodillo extendiéndola sobre una superficie sobre la que no se adhiera. Puedes utilizar un mantel de plástico, papel transparente o papel para hornear. Recuerda que debe quedar muy fina, en torno a los 2 mm. Cuando haya alcanzado ese grosor o un grosor similar, podrás cortarla con un cuchillo bien afilado, evitando que se rompa. Con esta masa podrás preparar cualquier tipo de pasta: spaguetti, ravioli, láminas para lasaña y canelones, farfalle, tortellini o tagliateli.
¡A cocinar!
Del mismo modo que con la pasta seca que compramos habitualmente en los supermercados, la pasta fresca también se debe cocer. Sin embargo, debe permanecer en el agua durante menos tiempo. Así, a la hora de cocinarla, añádela a la cacerola cuando el agua rompa a hervir y deja que hierva durante unos tres minutos. Después, escúrrela. Si quieres, para darle un toque extra de jugosidad, puedes añadir una cucharada de mantequilla sin sal.
¿Se puede conservar?
Dado que se trata de pasta fresca, lo ideal es que se consuma en el mismo día. De esta manera podrás disfrutar de la mejor versión de la pasta. Si no es posible, puedes congelarla para más adelante. Eso sí, cuando la descongeles, deberá ser a temperatura ambiente. Evita utilizar el microondas.
Algunas sugerencias para una pasta fresca deliciosa
Si te sientes cómoda con esta receta o simplemente te apetece experimentar con ella, te sugerimos que añadas a la receta alguna verdura, por ejemplo, espinacas u ortiga.
Para hacer pasta fresca de espinacas, deberás cocer las hojas y cortarlas después muy finamente. Cuando estén frías, incorpóralas a la receta junto con los huevos, una vez hayas tamizado la harina y formado un volcán. En ese punto, podrás integrar los tres ingredientes simultáneamente. Procede del mismo modo en el resto de la receta. Buon appetito!
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