Es la ley de la naturaleza: el organismo humano en su conjunto está sometido a un proceso de oxidación que altera y degrada sus células.
El origen de esta oxidación se encuentra en los radicales libres, moléculas a las que les falta un electrón.
En busca de este electrón, los radicales libres desestabilizan otras moléculas y alteran los tejidos, además, a largo plazo, producen el envejecimiento.
Por suerte, para neutralizar estos radicales libre el organismo cuenta con armas infalibles: los antioxidantes y sus precursores, que encontramos en la alimentación. Aquí tienes los principales.
Vitaminas
La vitamina A: productos lácteos, yemas de huevos, foie, mantequilla, pescado graso, carnes, etc. Y la provitamina A o el betacaroteno, transformado en vitamina A por el organismo dependiendo de sus necesidades: frutas y verduras de color naranja (tomate, melón, zanahoria, albaricoque, etc.), verduras verdes.
La vitamina C: cítricos, kiwi, frutos rojos, brócoli, espinacas, berros, perejil, etc.
La vitamina E: aceites vegetales, pescado graso, fruta oleaginosa (nueces, avellanas, almendras, etc.), cereales completos, germen de cereales, etc.
Antioxidantes vegetales
El licopeno (carotenoide): tomates, col roja, sandía, etc.
La quercetina (flavonoide): cebolla, chalota, brócoli, etc.
Minerales y oligoelementos
El selenio: pescados y frutos de mar, arroz negro, pan completo, pimiento rojo, ajo, conejo, yema de huevo, etc.
El magnesio: frutos oleaginosos (nueces, avellanas, almendras) y secos, aguas minerales, chocolate, cereales completos, legumbres secas, etc.
El calcio: productos lácteos, legumbres verdes, etc.
El hierro: carne roja, morcilla, legumbres secas, etc.
El zinc: marisco, cereales completos, etc.
El magnesio: almendras, trigo completo, etc.
Lípidos
Ácidos grasos insaturados: pescado graso, aceites vegetales crudos, aceites oleaginosos, etc.
Consejos generales
No esperes a cumplir los 40 para actuar. El organismo nunca descansa y la degradación de los tejidos es permanente, aunque con el paso del tiempo se hace más visible (piel seca, cabellos blancos, dolores articulares, etc.). Si adoptamos demasiado pronto una alimentación adecuada, se puede retardar la aparición de estos fenómenos naturales y mantener durante más tiempo el tono y la vitalidad de la piel.
Lleva una alimentación variada.El secreto de la juventud es comer de todo consumiendo los aportes adecuados de fruta y verdura, aceite vegetal, pescado, lácteos frescos y cereales completos, alimentos que contengan más nutrientes protectores.
Adopta los modos adecuados de cocinar. Luz, aire, calor, tiempo... fragilizan los nutrientes y contribuyen a su degradación. Para sacarles el máximo provecho, consume los alimentos lo más frescos posible, consérvalos al resguardo de la luz y el calor, no los peles ni los prepares con antelación y opta por las cocciones rápidas (vapor, rehogado, etc.).
Evitar los agresores. En nuestra época, los factores de oxidación son múltiples: tabaco, café, excitantes, contaminación, medicamentos, estrés, sobreesfuerzo físico, alimentos transformados... Si quieres cuidar de tu organismo, limita el consumo de alcohol y excitantes. No fumes. Y elije una alimentación equilibrada a base de alimentos simples y naturales.
LETTER
No te pierdas nuestras recetas:
¿Sabes cuáles son los beneficios de las frutas?
Cocina light: las recetas más frescas
¡Para chuparse los dedos!