En el mercado podemos encontrar calabazas de todo tipo, de todos los tamaños y formas, difíciles de reconocer y más difícil aún de escoger. Sigue nuestras descripciones y descubre las numerosas variedades de calabaza.
Calabazas de verano
Calabaza de cuello torcido
Es una de las calabazas de verano, de color amarillo pálido y con muchos bultos en la piel. Además, es de maduración temprana por lo que se suele consumir cuando las pepitas aún no han endurecido.
Calabaza vinatera
Como su nombre indica, está relacionada con el vino y no sólo por su forma de botella, sino porque años ha era el recipiente para el personal brebaje.
Calabaza espagueti
Tiene forma alargada y comparte el color con la calabaza de cuello torcido, aunque existen espagueti más blanquecinas. La más conocida es de pulpa amarillenta y sabor suave. Se caracteriza por contener unas fibras alargadas que recuerdan a la pasta italiana.
Calabaza verrugosa
Es la típica calabaza de Halloween, naranja, con verrugas y una función más ornamental que culinaria.
Calabaza bonetera
Puede ser amarilla o verde, de gran tamaño y forma aplastada. También se la conoce como “calabaza pastelera”. Como el resto de calabazas de verano, no aguanta mucho tiempo, por lo que hay que consumirla con rapidez.
Calabaza delicata
Es una calabaza pequeña y alargada que comparte color con la bonetera. Su amarillo o verde contrasta con la claridad de las estrías y su carne interior.
Calabaza de cuello torcido
A diferencia de las calabazas de cuello torcido de verano, las de invierno presentan la piel lisa y pueden estar ornamentadas con hilos de diferentes tonalidades.
Calabaza malabares
Es una variedad ecuatoriana que crece en terrenos muy elevados y que puede alcanzar pesos desorbitados.
Calabaza bellota
Denominada por su forma de bellota, esta calabaza presenta colores oscuros y verdes que contrastan con su interior amarillo claro. Cuenta con la ventaja de poder consumirse durante todo el año.
Calabaza de cidra
Reconocible al instante por su pulpa amarilla y su forma de pera enorme.
Calabaza de cabello de ángel
Es una calabaza procedente de China con una corteza muy fina, que recuerda a la cera, y tonos marronosos con tiras blancas. El color amarillo de su interior entona a la perfección con el dulzor de su carne. Se caracteriza, además, por ser de menor tamaño que las calabazas occidentales.
Conservación de las calabazas
La mayoría de las calabazas se conservan enteras durante varias semanas (incluso más si las mantenemos resguardadas en una bodega, por ejemplo). Su buen mantenimiento se debe a la espesa piel que las protege.
En el frigorífico: una vez abiertas, puedes conservarlas en la nevera durante algunos días si la envuelves en papel film.
En el congelador: crudas (lavadas) o cocidas, todas las calabazas aguantan muy bien en el congelador. Córtalas antes de congelarlas para que se descongelen más rápido.
Cocina y calabazas
-La calabaza se puede cocinar con cualquier salsa. La ventaja que tiene es que al ser azucarada hace que se pueda utilizar en postres sin tener que añadir demasiado azúcar.
En sopas, y sobre todo en cremas, con un poco de crema fresca, panceta, cebolla, castaña… Se sirve con la corteza para crear un bonito efecto.
-También en puré, gratinados y tartas saladas a las que añadiremos queso de cabra, feta, parmesano o de pasta prensada tipo comté, beaufort, cantal.
-Rellena es una auténtica delicia. La carne se hace lentamente y se impregna de los sabores del relleno.
-En los postres tampoco hay reparos. Se añade a tartas dulces, pasteles, gofres, buñuelos, mermeladas… ¡Atrévete a comer verduras con el postre!
Ecotrucos para la calabaza
No tires las pepitas, límpialas y lávalas durante 5 minutos en agua caliente. A continuación, escúrrelas. Hazlas a la sartén sin aceite, con sal y especias, o al horno del mismo modo durante unos minutos.
El resultado: semillas para el aperitivo, sorprendentes y deliciosas.
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