Tenemos que reconocer que somos unas fanáticas de las pizzas y más si se trata de recetas caseras. Por ello, no se nos ocurre una opción mejor para esos fines de semana en los que nos apetece ponernos algo cocinitas. Podemos elegir entre las versiones más healthy del plato italiano por excelencia o, si queremos dejar de pensar en las calorías, dejémonos llevar por las variedades de queso, el embutido o, por qué no, un huevo frito. Se nos hace la boca agua solo de pensarlo:
¿Cómo puedes preparar la masa perfecta?
Ingredientes:
- 250 g de harina de trigo
- Una bolsita de levadura de panadería o 20 g de levadura fresca en polvo diluida en agua tibia
- 3 cucharadas soperas de aceite de oliva
- Una cucharada de café colmada de sal
- 15 cl de agua tibia
Modo de elaboración:
Para empezar, mezclamos la harina y la sal con una cucharada de madera. Añadimos la levadura y lo mezclamos todo bien. Después, incorporamos el agua templada y volvemos a mezclar durante un minuto. Agregamos también el aceite y amasamos la pasta durante 5 minutos, hasta que esté homogénea y se despegue de los bordes del recipiente.
Tras esto cubrimos con un trapo y dejamos que suba la masa en un entorno caliente (precalentar el horno a 30°C, introducimos la pasta y apagamos el horno) hasta que duplique su volumen durante unos 45 minutos. Después, precalentamos el horno y enharinamos la zona de trabajo. Por último, extendemos la masa en forma de disco con las manos o con la ayuda de un rodillo, la colocamos en la placa del horno sobre papel vegetal y añadimos al gusto los ingredientes de la pizza.
Ahora ya solo nos queda hornear a 240º durante unos 10 o 15 minutos.
Algunos pequeños consejos
- Para darle un gusto original: reemplaza 1/3 de agua por vino blanco y añade orégano.
- Si lo que quieres es aromatizarla, agrega albahaca o cualquier otra hierba, especia, ajo en polvo, mostaza…
- Reemplaza 1/3 o 1/4 de la harina por sémola fina de maíz o de trigo para darle una textura algo granulosa y crujiente a la pasta.
- Para que la levadura haga efecto antes, añadir una pizca de azúcar.
- Cuanto más aceite tenga la masa, más crujiente estará. Para conseguir una pasta fina y con poco aceite, hay que enharinar el rodillo en cada pasada.
- Para conservar mejor la pasta para la pizza hazlo en un lugar fresco, envuelto o cubierto. También se puede congelar. Para ello, extiende la masa sobre el papel vegetal y enróllala en forma de tubo o en bloque antes de embalarlo en una bolsa de plástico.
Las recetas más comunes:
Pizza clásica: la base es de puré de tomate, aceite de oliva, azúcar y especias. Si dispones de tiempo, también puedes utilizar tomate concentrado y una pizca de azúcar (para restarle acidez).
Margarita: Base de tomate, mozzarela y orégano.
4 estaciones: Base de tomate, mozzarella, jamón, champiñones, alcachofas y aceitunas.
4 quesos: Base de tomate o nata, mozzarela y 3 quesos más. Generalmente: queso de cabra, gorgonzola y parmesano.
Napolitana: Base de tomate, mozzarella, anchoas y aceitunas.
Reina: Base de tomate, mozzarella, jamón y champiñones.
Pizza blanca: Mozzarella y albahaca. Si no, ricota, rúcula y piñones para cambiar.
Mariscos: Base de tomate, marisco, ajo y perejil (nada de queso).
Hawaïana: Base de tomate, mozzarella, jamón y piña.
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