Está presente en todos los grandes momentos de nuestra vida: vamos después de dar a luz, tras un desengaño amoroso, antes de una entrevista de trabajo, una cita o en el día de nuestra boda. Por eso es tan importante no equivocarnos y elegir bien entre los cientos de peluquerías que hay en nuestra ciudad.
Beneficiosa para el estado de ánimo
Cuando cambiamos de peinado, cambiamos de estado de ánimo. No es algo nuevo que la gran mayoría de las mujeres sale de la peluquería con muy buen estado de ánimo y sintiéndose más guapa. Además, cargamos las pilas, cambiamos de estilo y ganamos autoestima. Y es que son muchas las razones para ir a la peluquería… ¡Si nos sentimos bien, estaremos bien! La visita al peluquero se notará tanto en nuestro cuerpo como en nuestro ánimo.
Nada de impulsos
No es una decisión que se deba tomar a la ligera. No hay nada peor que verse con unos mechones quemados, un color que no es el nuestro o el pelo demasiado corto por habernos puesto en manos de un peluquero incompetente. Por eso, antes de elegir la peluquería, hay que plantearse algunas cosas.
Empieza visitando el establecimiento y presta atención a la higiene, la limpieza y la sensación general que te da. Si te sientes bien, en confianza, el personal es acogedor, amable y simpático, no lo dudes.
También deberás tener en cuenta la competencia del peluquero o peluquera. Para averiguarlo, la solución más sencilla es recurrir al boca-oreja. En la diferencia entre peluqueros entra en juego el cabello. .
Peluquería vs. instituto de belleza
La tentación de someterse a tratamientos corporales y no limitarse al cuidado del cabello es grande: manicura, cuidados faciales, etc. Ésta es la ventaja de los institutos de belleza, pues podrás ponerte enterita en manos de profesionales sin tener que cambiar de establecimiento. Además, en el instituto de belleza recibirás valiosísimos consejos en cuanto a productos y cuidados para el peinado.
La necesidad de un estilista
Hay momentos en los que no estamos seguras del peinado que queremos y en los que nos gustaría contar con el consejo de un experto. En estos casos, la ayuda de un estilista es la mejor solución. El diagnóstico individualizado que nos aportará en cuanto a métodos, cortes o cuidados que más nos convienen es impagable. Es la solución perfecta para las que no sabemos qué color o qué peinado hacernos o para las que aún no tenemos la suficiente confianza que requiere un cambio de imagen.
No te tomes a la ligera la elección de peluquería, grandes amistades han comenzado en un salón de belleza. Lugar de retiro, de charla, de cuidados... Y tú, ¿ya tienes la tuya?
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