La organización sin ánimo de lubro `Magic Wheelchair´ tiene como objetivo regalar a los niños que van en silla de ruedas los disfraces de Halloween de sus sueños. Tan noble causa y significativo proyecto ha sido ideado por Ryan Weimen, una papá norteamericano con tres hijos que padecen atrofia muscular espinal.
La primera vez que su hijo mayor, Keaton, uso una silla de ruedas tenía tan solo tres años de edad. Fue en ese primer Halloween cuando Ryan decidió inspirarse y crear para su hijo un disfraz totalmente diferente con el que regalarle una experiencia única e increíble.
Como sabía sus gustos no le fue difícil acertar y, en cuestión de días, creo un espectacular barco pirata sobre el que su hijo pudo "navegar" y presumir en la noche más divertida del año.
"No sabía como podría hacerlo pero sabía que, queriendo, se podría hacer de alguna manera. No creo que existan metas, sueños o aspiraciones en la vida que no sea posible lograr"
Siete años después de aquella primera prueba Ryan ha fundado una organización en la que participan decenas de personas que dedican a cada disfraz adaptado entre 100 y 200 horas para que otros niños pueda tener la misma oportunidad.
"Es increíble ver todo lo que hemos logrado en tan poco tiempo. Ahora mis hijos son vistos casi como estrellas. Está claro que no es una cura, no soy lo suficientemente inteligente para eso, pero es la cura perfecta para este día. Les ayuda a olvidar. Además hace que los demás dejen de fijarse solo en la silla.”
Para este Halloween la asociación está trabajando sin descanso en la realización de disfraces adaptados para Frozen, Las Tortugas Ninja, Mario Kart, el barco de Bob Esponja o una nave de Guardianes de la Galaxia. Para ver el resultado habrá que esperar a la noche del 30 de octubre.
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