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¿Tu hijo miente con frecuencia? Descubre las principales claves para conseguir que no lo haga

por Luis Lozano ,
¿Tu hijo miente con frecuencia? Descubre las principales claves para conseguir que no lo haga© Shutterstock/Anton Mukhin

Los niños comienzan a mentir intencionalmente a partir de los 7 años, y esto se puede minimizar si tenemos una comunicación sólida y de confianza con los pequeños

En ocasiones los padres se molestan demasiado al descubrir que sus hijos les mienten, y por este motivo, los niños suelen idearse nuevas excusas, la mayoría sin sentido, para evitar que se enfaden con ellos nuevamente, incluso acusando a otras personas.

Es normal que los pequeños mientan, y es una capacidad cognitiva que van aprendiendo con el tiempo. De acuerdo con expertos, el inicio de los embustes intencionados es a los siete años de edad, y se convierte en una herramienta que utilizan para obtener algún tipo de beneficio. Esto significa que antes de los siete años, los niños también mienten, pero de forma inconsciente, pues aún no llegan a la edad en la que pueden diferenciar entre la realidad o la fantasía.

Múltiples estudios en los campos de la educación y la psicología concuerdan en que el engaño es un componente inherente de la evolución comunicativa, emocional, cognitiva y social de los niños. Dichas investigaciones sugieren que mediante las mentiras, los menores exploran los confines y aprenden a desenvolverse en un entorno social que frecuentemente les impone demandas y se transforma a un ritmo acelerado.

Durante la adolescencia, estos engaños suelen estar vinculados a la búsqueda de independencia y libertad, o bien al temor a decepcionar o ser objeto de juicio por parte de los demás, especialmente de los más cercanos a ellos.

Un menor puede incurrir en la mentira por varias razones. Podría estar tratando de captar la atención de los adultos que le rodean, o podría mentir como mecanismo para afrontar la frustración, con el fin de evadir las consecuencias de una conducta inapropiada o para eludir responsabilidades, entre otros motivos.

Asimismo, puede recurrir al engaño con el fin de sentirse superior entre los niños que le rodean, con la intención de no decepcionar a alguien, o complacerle, para obtener la aprobación de sus seres queridos, o incluso podría ser debido a las exigencias excesivas impuestas por un adulto.

Es fácil que los padres detecten cuando su hijo está faltando a la verdad. Un menor que miente suele mostrarse ansioso, inseguro, con expresiones corporales tensas, y al dar una explicación suele contradecirse. Si miente de forma recurrente, los padres deberán indagar sobre la causa que origina dicho comportamiento. Podría deberse a una inadecuada gestión emocional, como el miedo o la inseguridad, o a una baja autoestima.

Igualmente, si suele engañar o mentir con frecuencia, podría ser un mecanismo para encubrir otras situaciones que el menor esté atravesando y que estén obstaculizando un comportamiento natural en él.

Cómo conseguir que no mienta un niño

Los siguientes puntos son claves para poder lograr que un niño mienta y engañe lo menos posible:

  • Los adultos deben abstenerse de mentir o hacer promesas falsas. Deben esforzarse por convertirse en un modelo de honestidad y sinceridad ejemplar para el niño.

  • Es de suma importancia explicarle la relevancia de hablar con la verdad, y hacerle comprender que es a través de la honestidad como ganará la confianza de sus seres queridos y quienes le rodean.

  • Es fundamental transmitirle que es amado y aceptado tal como es, sin condicionarlo a sus logros o capacidades. Así, reforzaremos su autoestima para prevenir que mienta con el objetivo de obtener la aprobación ajena.

  • Debemos de forjar una relación cimentada firmemente en la confianza, donde el menor pueda desenvolverse en un entorno seguro que le permita sentirse tranquilo, y libre. Un ambiente en el que pueda exteriorizar sus necesidades y sentimientos sin temor a ser juzgado.

  • Cuando falte a la verdad, reaccionar con enojo, llamarlo "mentiroso", o amenazarlo con castigos, no ayudará en lo absoluto, ya que desviaría el foco del verdadero problema a resolver.

  • Dado que puede existir un número indeterminado de motivos que hagan que un niño mienta, es crucial que el adulto centre su atención en encontrar la razón por la que le ha llevado esto. Es recomendable que los padres se consideren la posibilidad de que el menor pueda estar necesitando más de su afecto, atención y aceptación.

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Luis Lozano
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