Melisa Tuya es madre de Jaime, un chico de 10 años con autismo. Cuenta su historia en "Tener un hijo con autismo" (Plataforma Editorial), un libro donde repasa desde las sospechas iniciales hasta la llegada de un diagnóstico incierto, la aceptación de un nuevo hijo que no es el "soñado", la lucha por buscar las mejores terapias, la relación con los demás y, en definitiva, el día a día con su hijo amado. "Nuestro hijo no es una discapacidad, nuestro hijo es mucho más que todo eso, nuestro hijo es un niño", escribe.
Ser feliz pese a todo; gracias a todo
En "Tener un hijo con autismo", la mitad de cuyos beneficios serán donados a tres asociaciones, destaca una idea sobre todo: se puede y "se debe" ser feliz en cualquier circunstancia, también cuando en la familia hay una persona con discapacidad. "Me niego a menospreciar la felicidad y la bondad. Estoy convencida, además, de que la búsqueda de la verdadera felicidad está ligada a la bondad. Y va siendo hora de reivindicarlas a ambas", explica Melisa Tuya. Eso no significa que la autora mire para otro lado y niegue las evidentes dificultades educativas, económicas, administrativas y de organización familiar que conlleva un hijo con autismo (o con cualquier otra discapacidad). Pero, a pesar de todo ello, esta madre cuenta, desde una visión muy realista, cómo es posible mirar al frente con optimismo. "¿Que lo llevo muy bien? Mi hijo no es ninguna carga; Jaime es un niño, no un drama. Con más dificultades que muchos otros, pero también nos da muchas satisfacciones. No tengo que llevarlo. Tengo que seguir mi objetivo de ser felices y de que alcance su máximo potencial, aquel que él pueda darnos", confiesa.
Día Mundial del Autismo
El día 2 de abril se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Aún queda mucho por hacer: diagnósticos más precoces, una verdadera inclusión educativa, más ayudas sociales, más especialización en los profesionales que trabajan con el colectivo y más conocimiento, en general, sobre esta realidad presente en muchas familias. A los padres les toca luchar en solitario casi siempre. Sacar adelante con demasiadas dificultades a niños como Jaime que, como explica su madre, es un niño feliz que la mayor parte del tiempo vive contento. La sociedad tiene una asignatura pendiente: comprender la riqueza de la diversidad y crecer con ella.
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