Dos de las características principales que debemos valorar a la hora de comprar una sillita para el coche son la seguridad y la comodidad. Una vez tenemos esto claro, tener en cuenta factores como la edad, el peso y la altura de nuestros hijos serán esenciales para decantarnos por un modelo específico. Recordemos que el Reglamento General de Circulación establece que los menores con altura igual o menor a 1,35 metros deben viajar siempre en un dispositivo de retención infantil homologado, que además debe colocarse en los asientos traseros. Ahora que tenemos esto claro, vamos a ver qué requisitos debe cumplir la silla de coche de tu bebé para así elegir la opción más adecuada.
1. Comprobar que el modelo de silla se adapte a nuestro coche
Antes de adquirir la sillita es importante comprobar que cumple los requisitos para poder instalarla en nuestro vehículo. Para ello es fundamental leer bien las instrucciones de los fabricantes y fijarnos en qué tipo de sistemas de instalación lleva la silla y si es compatible con nuestro modelo de coche. Recuerda también comprobar que la silla lleve la etiqueta de homologación correspondiente, esta suele situarse en la parte posterior y es de color naranja.
En el caso de las sillas i-Size, homologadas bajo la nueva normativa UNR129, son compatibles con los asientos de vehículos homologados i-Size, por lo que no tendrás que comprobar ninguna lista de vehículos. Si tu coche no dispone de estos asientos, sí tendrás que comprobar su compatibilidad.
2. La silla de coche debe ser adecuada para tu hijo (y a contramarcha)
La silla también debe ser adecuada para la edad, el peso y la estatura de tu hijo. Para un recién nacido, podemos optar por los denominados portabebés, que son aptos para niños de hasta 12 o 15 meses (dependiendo del modelo). Pero también existen sillas de coche flexibles que se adaptan a tu bebé durante más tiempo. Las sillas DUALFIX i-SIZE y SWINGFIX i-SIZE de Britax Römer son buen ejemplo de ello: su uso se extiende desde el nacimiento hasta los 105 cm de estatura o 18 kg de peso (unos 4 años de edad). Ambas son a contramarcha, dirección recomendada durante el mayor tiempo posible para aportar más seguridad al niño. La SWINGFIX i-SIZE es exclusivamente a contramarcha y ha pasado el exigente Plus Test sueco, mientras que la Dualfix i-Size también ofrece la posibilidad de ser orientada de cara a la marcha (nunca antes de los 15 meses y 76 cm).
Estos modelos también existen en versión M, denominadas DUALFIX M i-SIZE y SWINGFIX M i-SIZE, que vienen sin reductor para recién nacidos, y son aptas desde los 61 cm hasta los 105 cm, por lo que son perfectas para su uso después del portabebés.
3. Sistema Isofix
Este sistema de instalación de las sillas de coche es el más seguro y recomendado por la Dirección General de Tráfico. Por tanto, es preferible comprar un modelo que lo incluya (y por supuesto, asegurarnos de que nuestro coche sea compatible con él), aunque también hay que tener en cuenta que estos anclajes tienen una limitación de peso y que, por ejemplo, no pueden utilizarse en sistemas de retención integral que permitan ir a contramarcha hasta los 25 kg.
Los anclajes Isofix proporcionan más estabilidad en caso de impacto lateral, mantienen el asiento en su sitio, incluso cuando el niño no está encima de él, y minimizan los posibles errores en la instalación. Las sillas mencionadas de Britax Römer incluyen conectores Isofix con sistema Pivot Link patentado, que contribuyen a limitar al máximo el movimiento hacia delante del niño, con lo que se reduce la posibilidad de lesiones en la cabeza, el cuello y la espalda.
4. Máxima seguridad
Por supuesto, si la sillita de coche de tu hijo incluye algún sistema extra de seguridad, mucho mejor. Los niños están especialmente expuestos en caso de impacto lateral, por ello algunas sillas incorporan sistemas de absorción de impactos laterales. En las DUALFIX i-SIZE y SWINGFIX i-SIZE (también en sus versiones M), este elemento se denomina SICT inside y se implementa gracias a la incorporación de acero en el interior de la carcasa de la silla.
También es aconsejable que el reposacabezas tenga forma de "V" para proteger tanto la cabeza como los hombros del niño. Aporta comodidad y ayuda a mantener controlado el movimiento de la cabeza en caso de colisión lateral. El arnés de 5 puntos, la barra antivuelco y la pata de apoyo también contribuyen a una mayor estabilidad y seguridad en caso de impacto.
5. Comodidad: para los niños y para los padres
Por supuesto, además de ser una silla segura, también tiene que ser cómoda, ya que el niño la utilizará durante mucho tiempo. Para ello deberás fijarte en las posiciones de reclinación. En caso de que se trate de una silla adaptable a diferentes edades, es importante que ofrezca una posición recostada para los primeros meses de vida con un buen soporte y, a medida que crezca, una posición más incorporada. Además, la barra antivuelco es ajustable, lo que aporta más espacio para las piernas de los niños cuando viajan a contramarcha. Para comodidad de los padres, también es interesante optar por modelos con giro de 90º hacia ambos lados para que sea mucho más fácil colocar y sacar al niño de la silla.
6. Elegir una marca de confianza
Que la silla se adapte a nuestro coche, a la edad, a la altura y al peso del peque, y que sea cómoda y segura, son requisitos tan importantes como el de escoger una marca de confianza. Hay fabricantes que van mucho más allá de los requisitos mínimos que fijan las normativas de homologación y que realizan otros tests de seguridad y controles de calidad. Britax Römer es una de las marcas que lo hacen: prueban la seguridad de sus modelos, el manejo, la ergonomía y las sustancias contaminantes, tanto en su propio centro de pruebas como en laboratorios independientes. Solo así se garantiza el diseño de una silla de coche segura para los más pequeños.
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