Hay bastante controversia sobre la práctica de que el bebé duerma en la misma cama que los padres. Son más propensos a compartir la cama con el bebé las madres que dan el pecho, los padres con hijos que sufren de cólicos, aquellos padres que quieren dormir más o mejor, o aquellas familias que tradicionalmente han dormido con sus bebés en la misma cama. Además, poder controlar mejor al bebé, aumentar el vínculo, el instinto maternal o simplemente no estar de acuerdo con las recomendaciones pediátricas son otras razones para dormir en la misma cama que el bebé.
Existen tres factores que pueden aumentar tanto el riesgo de muerte súbita, como la muerte por asfixia entre los bebés. Aquellos padres que identifiquen alguna de estas pautas, deberían evitar dormir con los pequeños:
- Si la madre ha sido fumadora durante el embarazo o el bebé está expuesto al humo del tabaco habitualmente.
- Si la madre no ha recibido suficientes cuidados prenatales, ya que la prevención durante el embarazo es clave para garantizar un buen desarrollo del bebé.
- Si los padres toman algún tipo de tratamiento o sustancias que puedan alterar su sueño (pastillas para dormir, medicación para el dolor o ingesta elevada de alcohol).
Dormir en la misma habitación sí, pero en la misma cama no
Estos riesgos ponen de manifiesto que dormir con el bebé no ha de ser siempre la mejor opción. Por este motivo muchos expertos recomiendan colocar la cuna en la misma habitación que los padres, ofreciendo la seguridad de la cercanía, pero dándole espacio propio. Un moisés o una cuna son una buena solución para tener al niño cerca, pero a una distancia prudencial que evite posibles problemas.
Al hilo de esta recomendación, varias organizaciones médicas han establecido un código (ABC son sus siglas en inglés) a través del cual indican las mejores recomendaciones para crear un entorno seguro:
- Contar con una cuna que tenga una superficie firme pero cómoda.
- Conseguir que el bebé duerma en la misma habitación, pero no en la misma cama que los padres.
- Eliminar la ropa de cama suelta como mantas o almohadas.
- Evitar fumar durante el embarazo y después. Procurar que no haya humo en presencia del recién nacido, tanto en casa como en el coche.
Si conseguimos poner en práctica estos sencillos consejos, garantizaremos un mayor descanso no solo de nuestro bebé, sino de la familia al completo, ofreciendo seguridad y tranquilidad para todos.
Artículo elaborado en colaboración con la Doctora Deanna Marie Mason, experta en educación y salud familiar. Autora del blog Dr. Deanna Marie Mason y del libro 'Cómo educar adolescentes con valores'.
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