A partir del año y medio notarás cómo tus hijos van tomando interés por el arte. Y es que será cuando comiencen a hacer sus primeros pinitos sobre el papel. Los primeros garabatos no son más que el inicio de la expresión gráfica que más adelante se convertirán en trazos y dibujos que irán tomando poco a poco forma. "La evolución de los garabatos y del dibujo en los niños sigue un patrón muy definido en todos los niños y que ha sido objeto de estudio por muchos autores", afirma Juan Manuel Marcos, psicólogo infantil del C.E.I El Globo Rojo. Y añade la siguiente definición: "Desde los 18 meses a los 2-3 años, es la fase del garabateo, que son movimientos que muestran la tensión muscular y no requieren control visual y van evolucionando hacia formas más más complejas (empiezan por ser garabatos desordenados, pasando por garabato controlado, garabato con nombre, a ser garabatos o dibujos ya reconocibles por el adulto y en la mayoría representando una forma muy esquemática de la figura humana".
Sin ninguna pretensión, estas primeras expresiones gráficas sí que pueden indicarnos, desde un punto de vista psicológico, algunos rasgos de su personalidad. Detalles tempranos que pueden indicarnos cuál es el estado de su afectividad aunque por supuesto, serán muy limitados por razones obvias. "La expresión gráfica es una forma cada vez más común dentro de la psicología para conocer la personalidad del niño, el carácter y su equilibrio afectivo", nos comenta Juan Manuel Marcos.
Es muy importante motivar al niño para que se inicie en cualquier proceso de aprendizaje pero ten en cuenta que cada niño es un mundo y cada uno llevará el desarrollo de forma más rápida o lenta, lo cual no tiene por qué ser ni mejor ni peor. Para darte una aproximación de lo que debes interpretar según las distintas formas de expresarse a través de sus dibujos aquí tienes una guía sencilla así como la explicación del psicólogo infantil Juan Manuel Marcos para descubrir cómo se perfila la personalidad de tu hijo mirando de forma objetiva sus creaciones.
1. ¿Cómo son los trazos?
Los lápices y rotuladores serán determinantes a la hora de que realice sus primeros trazos. Más bien, la forma en la que los cojan será clave a la hora de realizarlos. Aquellos que son más enérgicos cogen los lápices con más fuerza y son capaces de hasta partir una cera de color. Sus trazos son firmes, resueltos e intensos. Mientras que aquellos más sensibles son tratan con mucha más suavidad los lápices. Los que son más inseguros o perfeccionistas suelen hacer trazos discontinuos o suelen borrar y volver a dibujar varias veces.
2. ¿Qué quiere decir la forma?
Normalmente los niños comienzan dibujando formas rectilíneas y poco a poco comienzan a introducir las formas onduladas. Una vez que van cogiendo confianza con el lápiz y el papel van siendo más autónomos también a la hora de decidir qué quieren dibujar. Normalmente las líneas ascendentes pueden ser indicadores de cierta agresividad o cierta falta de autocontrol mientras que los niños que se decantan por hacer formas más redondeadas tienen un carácter de mayor apego en las relaciones y un mayor control así como armonía y felicidad.
3. ¿Cómo utiliza el espacio?
El espacio que ocupan sus dibujos también puede ser indicador de algunos rasgos de su personalidad. Normalmente, aquellos niños que ocupan gran parte del espacio de la hoja de papel suelen tener una mayor confianza, seguridad... Mientras que aquellos se limitan a dibujar en una esquinita o los dibujos son pequeños se interpreta como un indicador de mayor timidez, introversión, etc... y también si lo hacen en la zona superior izquierda representa miedos; si opta por la zona superior derecha se trata de un niño optimista. Por otra parte, "Hay que observar cómo orienta el papel, en vertical u horizontal- los niños que eligen la orientación vertical tendrían un vínculo mayor con el padre. Y los niños que eligen la posición horizontal lo tendrían con la madre", según nos cuenta Juan Manuel Marcos.
Otros rasgos que te gustará saber...
El tamaño también es una forma de saber cuáles son algunos rasgos de las personalidad que más despuntan en el pequeño. Por ejemplo, si los dibujos que hace son proporcionados y hacen énfasis en algún detalle como en los ojos, el pelo... y además, dibuja complementos como flores, animales, etc... quiere decir que es un niño motivado al aprendizaje. Las cabezas grandes o desproporcionadas son síntoma de egocentrismo mientras que si existe alguna característica muy destacada como unos dientes grandes, garras en vez de manos, unos brazos excesivamente largos o progresiones sucesivas de números o letras en ascendencia pone en evidencia su inclinación hacia la desobediencia y algo de agresividad.
Cuando los dibujos son un poco caóticos o desordenados puede que el pequeño tenga algún tipo de déficit de atención. Tienden a ocupar todo el papel y existe poca definición en sus dibujos así como la carencia de detalles, digamos que el hecho de dibujar se convierte como una vía para descargar toda su tensión.
Si hablamos de elección de colores: "La utilización del color rojo indicaría un niño activo, intrépido, pasional y entusiasta. El amarillo simboliza la luz del sol, e indica que es un niño alegre, con mucha actividad mental, y curioso. El color azul denotaría, en un niño, calma, equilibrio, reflexión e inteligencia. El naranja, estado de felicidad, un niño relajado, creativo y con necesidad de contacto social. El verde refleja afirmación de sí mismo, seguridad, sensibilidad e intuición. El marrón refleja culpabilidad. El negro indica rebeldía.", explica el psicólogo. Mientras que la utilización de muchos colores se interpreta como alegría y dinamismo, y un solo color significa que es un niño replegado en sí mismo. Los colores chillones los eligen niños muy sensoriales y los pálidos, los más racionales y sensibles, al mismo tiempo.
¿Qué dibujan y por qué?
El objeto o persona que eligen al dibujar también tiene su significado. Por ejemplo, los dibujos que más hacen los niños son "casas, la figura humana, la familia, los animales, y los árboles o paisajes". "Según los psicólogos, la casa podría representar las vivencias y emociones que le transmite el rostro o la cara de su madre: los cabellos serían representados por el tejado, los ojos mediante las ventanas, y la boca por la puerta)", explica el Juan Manuel.
En cuanto a los dibujos en familia pueden darse aquellos que tengan "la ausencia de algunos miembros de la familia, lo que indicaría que el niño está viviendo una fase de conflicto emocional o rivalidad con alguno de ellos, suelen ser la ausencia del padre, si se trata del dibujo de un niño, o la ausencia de la madre si se trata del dibujo de una niña. Es una forma inconsciente de querer eliminar al rival". O incluso representar el contexto familiar que el que esté pasando el pequeño: un divorcio, una familia dispersa, dividida, unifamiliar...
Sea cual sea la personalidad de tus hijos puedes ir educándoles en la motivación para desarrollar todas sus capacidades desde que son pequeños bien para expresar emociones tanto verbalmente como de una forma más creativa cómo puede ser dibujando. "Atención a estas interpretaciones rápidas y superficiales de los dibujos de los niños. Si se quiere conocer de forma totalmente fiable y segura la personalidad del niño es necesario acudir a un psicólogo infantil y aplicar otros métodos, escalas y test complementarios (Test del árbol de Koch 1972, Test del dibujo de la familia, (Porot 1951, y modificado por Luis Corman 1961), Test de la pirámide de colores de Pfister, Test del dibujo de una persona de Koppitz, etc... y otros test de aptitudes artísticas), para saber con más certeza sus facetas intelectuales y emocionales", advierte el psicólogo.
Por eso, todos los comportamientos aquí citados no son más que una mera aproximación de forma generalista al carácter que pudiera estar mostrando el niño con sus dibujos, por ello no deben ser tomados como un diagnóstico real.
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