El colegio y posteriormente el instituto, es un lugar en el que pasarán gran parte de su tiempo, por eso es tan importante prestar atención especial a la elección que hagamos. Esta elección puede deberse a varios motivos: por reputación del centro, por cercanía al hogar, porque fue nuestro centro de la infancia o por recomendación. Entonces, ¿qué requisitos debemos tener en cuenta? Os dejamos los fundamentales.
1. Haz un listado de los más deseados
Aunque parezca obvio, las listas pueden convertirse en uno de nuestros grandes aliados. En este caso, tendremos que hacer una pequeña investigación (con Internet lo tenemos facilísimo), y conocer las principales características y modelos de enseñanza que ofrecen, por ejemplo el sistema de pedagogía aplicado, el tamaño de las clases o la preparación de los profesores. Así será mucho más sencillo ver cuáles nos encajan más.
2. Visita las intalaciones
Aunque lo conozcamos previamente (porque fue nuestro antiguo colegio, por ejemplo) siempre es recomendable dar un paseo por las instalaciones. Ver la biblioteca o los laboratorios, por ejemplo, nos ayudará a hacernos una idea de la experiencia que tendrá allí nuestro hijo tanto si se trata del colegio o del instituto. Además, es recomendable hacerlo en horario lectivo, así podremos observar el clima de primera mano. Si podemos ir con el niño será mucho mejor, ya que se sentirá partícipe del cambio y verá que su opinión es importante para la familia.
Sin embargo, debemos tener cuidado con las apariencias. No debemos fiarnos de centros en los que las mayores inversiones están en instalaciones secundarias (como una nueva canasta de baloncesto), sino en aquellos en los que los profesores son valorados y bien atendidos por la dirección.
3. Seleccionar la enseñanza
Tanto para elaborar el listado inicial como para usar como filtro al tomar la decisión final, debemos partir de una serie de valores que queremos transmitirle a los niños. Buscar colegios que los apoyen o que ofrezcan una educación lo más amplia posible (con metodologías participativas, que potencien la iniciativa o que desarrollen el pensamiento), hará que nos acerquemos a esa persona que nos gustaría que llegase a ser en el futuro.
4. Nivel académico
Cuando nuestro hijo es aún muy pequeño no tenemos ni idea de cómo se le darán los estudios, o si en algún futuro necesitará algún tipo de ayuda extra o apoyo. Por este motivo, una de las mejores recomendaciones es conocer el nivel académico medio del centro. No solo si los niños sacan buenas notas, sino si existen clases o actividades que potencien su estudio incluso en los casos en los que no les atraiga tanto. Los listados de Selectividad, por ejemplo, son una fuente perfecta, ya que representan, de forma genérica, el nivel que adquieren los jóvenes al terminar el instituto, y que es una muestra de su evolución a lo largo de los años.
5. Proceso de cambio
A lo largo de todo el proceso es importante ir informando al niño de las novedades, siempre adaptándonos a su edad y capacidad de comprensión. Contarle poco a poco los avances o las decisiones que se van tomando (las que consideremos oportunas) hará que se puedan ir haciendo una idea de la situación. Los niños más pequeños (hasta los 5 años), no necesitan que se les avise con mucho tiempo de antelación, ya que no lo conciben como tal, pero a partir de esa edad, es mejor adelantar acontecimientos ya que necesitan más tiempo para prepararse.
Sea cual sea la decisión final, lo cierto es que debemos tener en cuenta que la educación de nuestros hijos ha de ser una labor en equipo. Siempre se ha dicho que en casa se educa y en el colegio se enseña, pero ambas han de ir de la mano para conseguir que los pequeños aprendan, se desarrollen y se conviertan en los adultos que siempre quisimos que fueran.
Contenido elaborado en colaboración con Deanna Marie Mason, experta en educación y salud familiar.
¡Meriendas para la vuelta al cole súper sencillas!
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