Los bebés pasan la mayor parte del día durmiendo, de hecho, un recién nacido puede llegar a dormir hasta 17 horas diarias. El sueño es esencial para el desarrollo físico y mental de los más pequeños. Se trata de la actividad más importante que el cerebro de los bebés realiza durante sus primeros meses de vida. Dormir bien tiene múltiples beneficios para los niños. Para asegurarnos de que pueden gozar de ellos, es importante inculcarles desde pequeñitos una rutina de sueño: realizar las mismas actividades, en el mismo orden y a la misma hora.
Esto se traduce en llevar a cabo cada día un mismo ritual y acostar al bebé a la misma hora. Darle un baño con agua templada, después un suave masaje y por último realizar con el actividades tranquilas (leer, cantarle una nana, darle mimos...) antes de dormir puede ser la rutina perfecta para que el peque duerma mejor y durante más tiempo. Un buen descanso conlleva una serie de beneficios para su desarrollo que no podemos pasar por alto. Aquí te explicamos cuáles.
1. Contribuye a su desarrollo físico
La hormona del crecimiento se encarga de regular el desarrollo físico del bebé durante todo el periodo postnatal. Dicha hormona está alojada en el centro del cerebro y se libera preferentemente durante las primeras horas del sueño nocturno. Esta hormona es capaz de estimular el crecimiento de los huesos y de liberar otras sustancias que también contribuyen al desarrollo del niño. Para dejar que la hormona del crecimiento haga su trabajo de la manera más eficiente es muy importante que el bebé pueda disfrutar de un buen descanso.
2. Les ayuda a recuperar fuerza y energía
El cerebro de los bebés recibe estímulos nuevos cada día: olores, texturas, sensaciones, emociones... Si a esta carga de información sensorial le añadimos también el movimiento físico (gatear, andar, jugar...), es normal que nuestro bebé esté cansado al final del día. Un buen descanso, ya sea durante la siesta o por la noche, le ayuda a recuperar fuerzas para las próximas horas. ¡Es importante que tengan energía para poder explorar su pequeño mundo!
3. Favorece su desarrollo cognitivo
En una conferencia sobre las rutinas de sueño de los bebés realizada hace unos días días en Madrid, el doctor Gonzalo Pin, pediatra experto en Trastornos y Medicina del Sueño, explicaba la importancia de un buen descanso para el desarrollo del cerebro. "El niño que duerme bien tiene mayor cantidad de materia gris", afirmaba. Y es que el sueño es esencial para la maduración cerebral, el aprendizaje y la memoria. De hecho, se ha demostrado que los bebés que duermen más horas muestran un mejor desarrollo de la función ejecutiva: el lóbulo del cerebro que regula la conducta, que nos ayuda a resolver problemas, a entender emociones, a concentrarnos...
4. Crea un hábito de sueño saludable
Junto a una alimentación equilibrada y el ejercicio físico, el sueño es el tercer hábito saludable que se ha de adquirir desde pequeño. Al igual que le inculcaremos al peque la importancia de comer de manera saludable y de alejarse del sedentarismo, también es importante que motivemos su descanso. Si desde bebé se acostumbra a dormir las horas suficientes con una rutina similar, podrá gozar de un buen hábito de sueño en el futuro: es decir, descansará más y mejor.
5. Ayuda a establecer una rutina
Las rutinas son claves para consolidar el aprendizaje de los niños: hay que acostumbrarles a realizar las mismas cosas, a la misma hora y en el mismo orden. Si desde pequeño se acostumbra a dormir en la misma franja horaria que el resto de la familia y se habitúa a dormir el solito en su cuna, le estaremos a ayudando a conciliar mejor el sueño en el futuro.
6. Desarrolla la capacidad del lenguaje
El doctor Pin mencionaba también que un buen descanso es determinante para aprender a hablar. La capacidad del lenguaje es mayor si aprendemos a modular correctamente su sueño. Si nuestro bebé ha gozado de unos hábitos saludables de sueño y de un buen descanso desde los primeros días, está demostrado que a los 60 meses (5 años) habrá desarrollado bien el lenguaje.
7. Reduce el estrés
Tanto el suyo como el de los padres. Cuando el bebé no duerme se muestra más cansado e irritable, exactamente igual que nosotros. Se trata de un círculo nocivo que se puede repetir: si el niño no duerme, nosotros tampoco dormimos. Si nosotros no dormimos, experimentamos mayor estrés, un estrés que contagiamos a nuestro hijo. Por tanto, volvemos al principio: para evitar que esto pase es esencial crear una rutina de sueño por las noches. Un buen descanso es un hábito saludable que se adquiere desde la infancia, ¡haz que tu peque disfrute de él!
LETTER
Y además:
¡Keep calm! Los beneficios del masaje infantil en tu bebé
Test: ¿cuánto sabes sobre los cuidados del bebé?