¿Cuántas veces has oído que beber agua fría, comer productos light o alternar las proteínas e hidratos sirve para adelgazar? ¿O que es posible perder cinco kilos en cinco días? El mundo de las dietas y los regímenes de adelgazamiento está lleno de falsos mitos que nos engañan y que pueden jugar con nuestras expectativas y esperanzas. Destierra las falsas creencias y recuerda que la clave está en comer de forma sana y responsable.
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Beber té verde o blanco
Beber té blanco o verde y adelgazar unos kilos como por arte de magia no es posible. Muchos estudios aseguran que el té ayuda a descomponer la grasa y que previene y frena la reaparición de nuevas células adiposas, lo cual es cierto. Sin embargo, ningún alimento adelgaza por sí solo si no se acompaña de algo de ejercicio y un cambio de hábitos alimenticios al completo.
Alimentarse a base de purés
Muchas famosas han afirmado que solo comen cosas hechas puré. Jennifer Aniston, por ejemplo, pasó por esta fase. No obstante, la actriz ha sabido reconocer que alimentarse con comida de bebé no es la fórmula secreta para alcanzar tallas más pequeñas. No hay ninguna prueba científica de que comer comida pasada por la batidora ayude a adelgazar. Por el contrario, una comida poco apetitosa que no nos hace utilizar los dientes y no nos sacia, atrae al enemigo número uno de las dietas, los antojos.
Los productos "light" milagrosos
Bajo en calorías y grasas. Cada vez más productos "light" llenan las estanterías de los supermercados y nos atraen argumentando contener menos calorías que las variantes normales. Sin embargo, el término "light" puede significar muchas cosas. Desde "bajo en calorías" hasta "reducido en cafeína". Además, a menudo, la falta de grasas es sustituida por azúcares para que el alimento mantenga su sabor, por no hablar de una gran lista de aditivos que son añadidos también para mejorar la consistencia y la duración de los productos. Lo mejor es optar por alimentos naturales bajos en calorías de por sí, como el yogur natural, el queso fresco, el pavo...
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Servir la comida en platos coloridos
Los platos rojos frenan el apetito, los azules lo estimulan... Al menos eso han descubierto los investigadores de la Universidad de Basilea. Sin embargo, dudamos mucho de la fiabilidad de estos estudios. Cambiar toda la vajilla o llenar tu cocina con muebles de color rojo seguramente ayude en muchas cosas, pero desde luego, no a adelgazar. La clave está más en un cambio de dieta que en un cambio de colores.
Beber agua muy fría
Existe la errónea creencia de que beber agua muy fría, casi helada, ayuda a adelgazar porque obliga al cuerpo a ponerse en funcionamiento para equilibrar la temperatura, y así, se eliminan una gran cantidad de calorías. Sin embargo y por desgracia, los números hablan por sí solos. La cantidad que quemamos al digerir un litro de agua fría no supera... las 30 kilocalorías.
Dieta alternada
Desde hace mucho tiempo se ha mantenido la creencia de que separar los alimentos ayuda a adelgazar. El principio se basa en que los hidratos de carbono y las proteínas deben comerse por separado, porque, de no ser así, el cuerpo no podría digerirlas a la vez y, por ello, se acumularían y favorecerían el sobrepeso. Por si no fuera poco tener que estar pendiente continuamente de no mezclar proteínas con hidratos, científicamente esta teoría no se confirma.
Dos kilos en dos días
La dietas milagro están llenas de promesas recurrentes: dos kilos en dos días, cinco en cinco, diez en diez... No importa la cantidad de pérdida de peso que prometan, puesto que, normalmente, no es cierta. Por lo general, con estas dietas se consigue adelgazar muy poco y después producen el archiconocido efecto yo-yó. La pérdida de peso demasiado rápido provoca un cambio en el metabolismo que pone al cuerpo en un estado de suspensión. Si reducimos la ingesta diaria de 1000 kilocalorías, al terminar la dieta nuestro cuerpo volverá su estado normal y terminaremos consumiendo incluso más. La clave está en adelgazar lentamente y acostumbrar al organismo a una alimentación saludable.
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