Taller de Cake-Pops para los más pequeños
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Contenido elaborado por minimusica.tv para enfemeninoTV
No solo de música vive el hombre, y por eso desde minimusica.tv y en colaboración con La Cocinita de Chamberí se propusieron entretener a los niños de una manera original pero atractiva para los más pequeños.
Así nació la idea de incluir el taller de Cake-Pops en el Día de la Música. Paloma Montón nos explica qué es un Cake-Pop.
“La idea surgió de reposterías americanas que no sabían qué hacer con los restos que les sobraban. Se nos ocurrió hacer bolitas, bañadas en queso y recubiertas de chocolate, con forma de chupachups”. Desde luego, a los niños parece que les encantan.
El taller es uno de los más demandados por los peques, que a parte de pasar un buen rato, se ponen las botas con los Cake-Pops.
Son de elaboración muy fácil: basta con hacer bolitas con restos de madalenas o cualquier otro tipo de repostería que no vayamos a aprovechar o que se vaya a estropear si no utilizamos. Después las bañamos en queso fresco fundido y recubrimos con chocolate de colores, que podemos fundir en el microondas. A los niños les encanta no solo por su sabor, también por su forma y colorido. Además, se divierten elaborándolos ellos mismos.
Una divertida forma de iniciar a los más pequeños en el mundo de la cocina y mantenerles entretenidos durante un buen rato.
Así nació la idea de incluir el taller de Cake-Pops en el Día de la Música. Paloma Montón nos explica qué es un Cake-Pop.
“La idea surgió de reposterías americanas que no sabían qué hacer con los restos que les sobraban. Se nos ocurrió hacer bolitas, bañadas en queso y recubiertas de chocolate, con forma de chupachups”. Desde luego, a los niños parece que les encantan.
El taller es uno de los más demandados por los peques, que a parte de pasar un buen rato, se ponen las botas con los Cake-Pops.
Son de elaboración muy fácil: basta con hacer bolitas con restos de madalenas o cualquier otro tipo de repostería que no vayamos a aprovechar o que se vaya a estropear si no utilizamos. Después las bañamos en queso fresco fundido y recubrimos con chocolate de colores, que podemos fundir en el microondas. A los niños les encanta no solo por su sabor, también por su forma y colorido. Además, se divierten elaborándolos ellos mismos.
Una divertida forma de iniciar a los más pequeños en el mundo de la cocina y mantenerles entretenidos durante un buen rato.