¡Yo quiero y yo puedo! Un ejemplo de fe en uno mismo
No tenía la constitución física adecuada y tampoco la altura, sus pies eran muy grandes y los músculos se le notaban mucho, y ya era demasiado mayor. La carrera como bailarina de Misty Copeland estaba acaba antes siquiera de que hubiera empezado. Descubrió su gusto por el ballet a los 13 años y le dijeron que era ya muy tarde para comenzar una carrera profesional, además de dejarle claro que no tenía el cuerpo adecuado para el ballet.
Sin embargo, lejos de desanimarse y abandonar, Misty creyó en sí misma y en su talento. Su voluntad era más fuerte que los desalentadores pronósticos y las críticas de los demás. Ahora, con 24 años, se ha posicionado como bailarina solista del American Ballet Theatre de Nueva York, y como la segunda bailarina afroamericana en la historia de la compañía. ¡Nos quitamos el sombrero ante tanta fuerza de voluntad y perseverancia!