Los más golosos podrán encontrar en la repostería española una dulce tentación en la que, sin ninguna duda, merece la pena caer y además conocer las ciudades de las cuáles provienen tales postres. Os queremos dar la posibilidad de viajar de una forma distinta: conociendo la gastronomía de cada lugar. Aquí tienes una ruta de lo más acaramelada a lo largo del territorio español degustando los dulces típicos de cada provincia.
Los sobaos pasiegos, en Cantabria
El sobao es un producto típico de los valles pasiegos de Cantabria, especialmente de Selaya, Vega de Pas, Villacarriedo y Alceda-Ontaneda. Estos lugares mantienen íntegras sus costumbres y tradiciones rurales, de ahí que se siga elaborando de manera completamente artesanal.
Este manjar debe su calidad a dos factores: la excelente materia prima y su artesanía. Entre sus ingredientes se encuentra la leche recién ordeñada de los valles y que se convertirá en un inigualable mantequilla, huevo, harina, agua y azúcar. En cuanto a su elaboración, destaca la manera de amasar con fuerza, de ahí su nombre: “sobaos”.
El resultado es un tierno y esponjoso bizcocho que nació hace más de 200 años como alimento energético para los hombres del campo y que hoy registra en la Indicación Geográfica Protegida. ¡Ideal para desayunar y mojar en leche!
La torta de Txantxigorri, en Navarra
Esta torta dulce elaborada a base de chicharrón de cerdo -txintxorra en euskera- y masa de pan es perfecta para comenzar el día y aguantar con energía toda la jornada de viaje tras haber pasado por Olite, de donde es autóctona esta receta.
Su origen, no muy lejano, se remonta a los años sesenta, cuando en épocas de matanza, entre San Miguel y San Antón -desde finales de septiembre a mediados de enero, la gente del pueblo guardaba los restos fritos de la manteca del cerdo y se mezclaba con una masa de pan, que se horneaba y endulzaba con azúcar y canela. Un remedio muy sabroso y efectivo para mantener el calor si visitamos Navarra en pleno invierno.
La crema catalana, en Cataluña
Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona presumen con orgullo de tener uno de los postres más conocidos de la gastronomía española, tanto a nivel nacional como internacional.
Su receta se elabora con una base de crema hecha con leche, azúcar y yema de huevo, cubierta con una capa de azúcar quemada que le aporta una consistencia dura y un sabor tostado que contrasta con la suavidad de su interior. Se trata de un postre delicioso que se puede comer durante todo el año aunque es costumbre consumirlo especialmente el día de San José, el 19 de marzo.
La gastronomía española es muy variada y extensa, aquí tienes algunos de nuestros platos más típicos con los que seguir salivando con este artículo.
La carolina, en Bilbao
El gusto por lo dulce ocupa un lugar relevante en la gastronomía bilbaína, encontrando innumerables locales dedicados a la repostería en los que se pueden encontrar un sinfín de pasteles, entre ellos, la tan preciada carolina.
La carolina tiene forma de cono realizado con merengue sobre una base de pastel de arroz - otro de los dulces típicos de este lugar elaborado a base de hojaldre y crema- y adornado con chocolate y yema huevo.
Este dulce lleva muchos años alzándose como la pieza más demandada en la clásica bandeja de pasteles desde que su creador, un repostero local, lo inventó para celebrar el cumpleaños de su hija Carolina.
Es tanta su fama, que ha alcanzado la cota de patrimonio de la ciudad siendo motivo central del cartel anunciador de los Carnavales de 2009 y convirtiéndose en protagonista cada vez que el Athletic llega a alguna final, adornada con la clásica “txapela” botxera y bufanda rojiblanca.
Los miguelitos, en Albacete
Típicos de la localidad albaceteña de La Roda, los miguelitos se han hecho un hueco de honor en la repostería manchega. Están elaborados con un fino hojaldre y relleno de crema cubierta de azúcar glas.
La historia cuenta que este dulce nació en los años sesenta, cuando un rodense llamado Manuel Blanco dio a probar a su mejor amigo, Miguel Ramírez -conocido como Miguelito- este pastel. A Miguel le gustó tanto que continuamente volvía a por más y el creador le puso su nombre en honor a su amigo.
En el año 2000 se creó la Asociación de Productores de Miguelitos de La Roda y se solicitó su patente, siendo en 2015 cuando el Ministerio de Industria, Energía y Turismo les concedió el título de registro de marca.
El pan de Calatrava, en Murcia
Una mezcla de pan del día anterior, huevo y leche aromatizado con canela y ralladura de limón dan lugar a un pudin típico murciano, fresquito y suave al paladar.
La sencillez de sus ingredientes permite que se pueda comer en cualquier momento del año, perfecto para acabar las comidas con un café y endulzar tu recorrido por la bella Murcia.
La ensaimada mallorquina, en Mallorca
Sin ninguna duda, será maravilloso llegar hasta Mallorca y degustar una deliciosa ensaimada, reconocida con el signo de Indicación Geográfica Protegida.
Aunque parece no tener mucho misterio, algo tiene su receta que las convierte en un bocado completamente adictivo. Se trata de una masa dulce elaborada con harina de fuerza, agua, azúcar, huevos, masa madre y manteca de cerdo. Los expertos aseguran que su secreto radica en la calidad de la masa, que se enrolla en largos cilindros y se deja fermentar en forma de espiral.
Su nombre deriva de la palabra mallorquina "saïm", que significa manteca de cerdo y, aunque la original no lleva relleno, actualmente se pueden encontrar con cabello de ángel, nata, crema o chocolate en cualquier café o pastelería de la isla.
Contenido elaborado en colaboración con Sercotel Hoteles
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