Son muchos los que se han subido al carro de la decoración con objetos reciclados. Imbuidos quizás por una concienciación sobre el respeto y la necesidad de cuidar el medioambiente, o quién sabe si por una moda a nivel mundial que arrasa en las redes sociales, la cuestión es que es una disciplina en alza que conseguido enchanchar a más y más fieles conforme se ha ido desarrollando a lo largo de los últimos años.
Hasta hace no mucho, una bombilla fundida no era más que eso, un desecho con poca o ninguna utilidad que arrojábamos al cubo de la basura en cuanto era reemplazada por una nueva. Hoy, con el "milgagro" del reciclaje y un poco de imaginación, podemos convertirla en un bonito jarrón de salón y conseguir resultados que poco a nada tienen que envidiar a los objetos expuestos en cualquier tienda de decoración.
Sus aplicaciones son infinitas, tantas como la imaginación nos permita crear. Y lo mejor de todo es que la inversión económica suele ser bastante limitada por lo que podemos conseguir auténticas “joyas” dedicando tan solo algo de nuestro tiempo libre.
¿El resultado? Objetos decorativos hechos a mano y llenos de valor añadido que contribuyen a cuidar nuestro planeta y dan a nuestras casas un toque especial y único. Nadie en el mundo tendrá el mismo artículo hecho en serie. ¿Se puede conseguir más por menos?
LETTER
Y además:
20 ideas muy originales para reciclar los marcos de las ventanas