Cristina de Hoyos, dermatóloga y Directora Técnica de Clínicas Ceta, nos habla de las células madre, y su aplicación en el mundo de la cosmética.
Por más que la ciencia ha intentado dar con una sustancia que nos ayude a mantener nuestra piel joven por más tiempo, no ha sido hasta el descubrimiento de las células madre, las cuales permitían regenerar determinados tejidos desde el comienzo de la formación del feto en el interior del útero materno hasta bien avanzada la edad de un ser humano, cuando se ha empezado a conocer su potencial en el ámbito del rejuvenecimiento facial.
Lo más importante antes de profundizar en este aspecto es saber que las células madre, a pesar de mantener sus propiedades a lo largo de la vida de una persona, también envejecen como el resto de células del organismo. Es por ello que sus aplicaciones pueden ser muchas, no sólo en el mundo de la estética, sino también en el de la medicina tradicional. Cuanto más jóvenes sean en el momento de la extracción, más propiedades conservarán y en mejor estado, y podrán obtenerse más beneficios en el futuro cuando llegue el momento de ser usadas.
Y en este punto de partida, emerge un laboratorio en España que permite la obtención de células madre para uso médico y estético, fuera del círculo de los laboratorios de investigación. Hasta ahora éste era un campo muy vetado centrado en la investigación que no permitía el uso en seres humanos de estas células. Con la autorización del Ministerio de Sanidad, ya se han obtenido y criopreservado muchas muestras de tejido graso abdominal de muchos pacientes en España, para que ese material pueda ser usado cuando sea requerido.
La obtención de la muestra es muy sencilla: bajo un poco de anestesia local en la zona del vientre (región abdominal inferior), se extrae tejido graso con la técnica de liposucción. Ese material obtenido se congela y se envía al laboratorio donde se almacenará hasta el momento de su uso. Sus aplicaciones son múltiples, desde regenerar tejido en las articulaciones, recuperar hueso a nivel facial, ayudar a producir células cardiacas en pacientes con problemas de corazón, hasta convertirse en una herramienta más en el mundo de la estética médica.
La dermatología estética tiene distintas armas con las que combatir el paso del tiempo, pero cada día se buscan nuevas técnicas que lleguen al foco del problema: el proceso de envejecimiento de las células de la piel. Es por ello, que el empleo de células madre en el rejuvenecimiento facial es un paso más allá, una lanzadera hacia la regeneración de las células cutáneas encargadas de producir colágeno, principal sustancia que compone la piel joven.
Además, las células madre mesenquimales también tienen capacidad para impulsar el crecimiento del pelo. Aún no se ha conseguido generar pelo nuevo, pero si han logrado ayudar a que el pelo recupere la fuerza y la calidad que puede ir perdiendo con el paso del tiempo. Por todo ello, se nos abre un horizonte muy interesante y plagado de posibilidades que permite ir dibujando un futuro cada vez más alentador en el campo del rejuvenecimiento facial.
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