Seguro que la piel sensible no es nada nuevo para ti. Nuestra dermis siempre necesita cuidados más intensivos, pero si además la tuya es sensible, sabes que tienes que alejarte de productos que la irriten y sean agresivos. Todas queremos una piel aterciopelada, llena de luminosidad y muy jugosa, pero olvídate de los milagros, lo más importante es tener una rutina de cuidados y protegerla de factores externos. Limpieza, alimentación, cremas... Sigue estos sencillos trucos y tu piel estará radiante.
Lavar con cuidado
Debemos lavar nuestra piel todos los días. Es cierto que al llegar a casa, después de un largo día de trabajo, lo que menos nos apetece es lavar nuestra cara, eliminar el maquillaje, y dejar que ésta respire, pero es algo muy recomendable. Nuestra piel está expuesta a factores externos, y aunque no lo creas, la polución o el sudor, pueden dañarla. Aunque no estés habituada a maquillarte, si lavas tu cara al llegar a casa, podrás observar que el agua no sale limpia del todo. Esto se debe a esa suciedad que está en el aire y que escapa a nuestra vista. También, además de por higiene, después de realizar cualquier actividad física con la que hayas sudado, es recomendable ducharse. De esta forma eliminas todas las toxinas de tu piel, y dejas tus poros limpios, para que puedan respirar.
Hidratar
Es importante que no te olvides de este paso. Todos los expertos recomiendan que hidrates tu piel todos los días. Por ejemplo, al salir de la ducha, aplica crema hidratante sobre toda la piel de tu cuerpo. Si conviertes esto en una rutina, tu piel no quedará tan reseca, y te dedicarás unos minutos del día a ti misma. ¡Nunca viene mal mimarse! Si sufres de problemas dermatológicos, busca una crema que se adapte a las necesidades particulares de tu piel, en el mercado hay miles.
Problemas dermatológicos
Muchas mujeres padecen problemas cutáneos. La urticaria, por ejemplo, es una patología que afecta una de cada cinco personas a lo largo de su vida, y que en ocasiones deriva en urticaria crónica espontánea, manifestando ronchas (piel abultada y enrojecida que puede durar semanas) o angioedemas (hinchazón de las capas más profundas de la piel). Y aunque aún no haya cura para este problema, esta hipersensiblilidad de la piel puede combatirse acudiendo a un especialista y utilizando productos específicos para este tipo de dolencias.
Protección solar
El daño solar afecta cada vez a más personas. Siempre que vayas a estar bajo los rayos del sol, no olvides aplicar una crema con alta protección. Cada vez hay más maquillajes que incluyen filtros solares en su composición, para que no tengas que preocuparte de la piel de tu cara. Y si tu exposición al sol es prologada (como cuando estás bronceándote en la playa) no olvides renovar tu protección al menos cada dos horas. También es importante que no olvides aplicar tu crema solar por toda la superficie de tu cuerpo. A menudo nos olvidamos de zonas como el interior de brazos y piernas, las manos, los pies, o inlcuso el cuello. Protege toda tu piel por igual.
Acude al dermatólogo
No hay nada como un profesional para tratar tus problemas. Un médico especializado diagnosticará tu problema y te ayudará a tratarlo. Muchas veces un sencillo cambio puede ponerle fin a nuestros problemas, y con cremas y medicamentos específicos, un dermatólogo puede hacer que tu piel vuelva a estar perfecta.
Alimentación
Y por supuesto, llegamos a la alimentación. Somos lo que comemos, así que si quieres cuidar de tu piel, cuida de todo tu cuerpo. Una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, es el complemento perfecto para una piel envidiable. Explora dietas y alimentos que te ayuden a nutrir tu piel o broncearte más rápido: tomate, aguacate, zanahoria...
Como ya te hemos dicho, el cuidado de la piel es un trabajo del día a día. Mímala y haz de ella tu mayor aliada para estar más guapa, más sana y ¡completamente irresistible!
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