La Dra. Sanda Yepe, Coordinadora Médica del Departamento Médico de Centros Único, nos habla de las claves para recuperar nuestra piel tras el verano.
Después de las altas temperaturas veraniegas, la exposición al sol, la sal del mar o el cloro de las piscinas, la piel se vuelve seca y apagada, incluso en ocasiones pueden aparecer pequeñas manchas o arrugas, consecuencia de una excesiva estimulación de los melanocitos (las células productoras de melanina), y una deficiente hidratación, respectivamente.
Si no se ha protegido la piel del sol, el daño ocasionado en las fibras de colágeno y la elastina no es el mismo en todas las pieles. En las grasas, la exposición al sol ha actuado como antiséptico secando y descamando la piel. Por otro lado, las pieles más secas se tornan más sensibles y con el tiempo se ven más envejecidas. Para la puesta a punto tras el verano es necesario eliminar toda esa capa de células muertas que envejecen e hidratar con más intensidad la piel. Es el momento de exfoliar, hidratar en profundidad y escoger un tratamiento médico-estético apropiado, realizado por profesionales y especialistas en el cuidado de la piel. Así, tú también podrás presumir de piel bonita en tus redes sociales e imitar a las celebrities que se atreven a posar sin maquillaje.
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El primer paso es la exfoliación, para conseguir la formación de nuevas células, colágeno y la captación de agua externa para aumentar la hidratación de la piel. Para que este proceso sea efectivo y seguro puedes acudir a tu centro médico-estético de confianza y optar por un peeling químico suave. Se trata de un procedimiento no invasivo en el que se eliminan las capas superficiales de las células muertas mediante la aplicación de una serie de productos específicos para la despigmentación sobre la piel previamente preparada. Con este peeling notarás la piel más calmada, la deshidratación cutánea desaparecerá y recuperarás el brillo y la luminosidad del rostro.
Para seguir el proceso de renovación celular el segundo paso recomendable es la mesoterapia facial infiltrada con vitaminas y ácido hialurónico. La mesoterapia hidrata la piel en profundidad, mejora la flacidez y estimula la creación de colágeno y elastina. ¿Cómo? A través de infiltraciones con una aguja muy fina de ácido hialurónico, vitaminas (A, B, C, E, K), minerales y coenzimas, entre otros activos. También la mesoterapia facial hace posible tonificar el tejido cutáneo, reestructurar la piel madura, reparar las imperfecciones cutáneas postraumáticas y mejorar el estado de las arrugas.
El tercer paso es la hidratación para mantener siempre en equilibrio la sed de la piel tanto de los cutis más jóvenes como de los que empiezan a notar los signos de envejecimiento. Las cremas hidratantes enriquecidas en elementos y texturas nutritivas son las más recomendadas. Pero cuidado, no todas las cremas funcionan bien en todos los tipos de pieles. Si tu piel es seca necesitas un bálsamo denso, ultrahidratante e intensivo que refuerce la estructura de la piel. Si es grasa o mixta debes usar cremas muy fluidas en textura gel, con elementos matificantes para evitar un exceso de sebo. Si es sensible necesitas una crema con una base natural también con aporte importante de agua que te ayuda a descongestionar y calmar.
De esta forma podremos recuperarnos de las agresiones del verano y lucir, tras la exposición al sol de estos últimos meses, una piel radiante y tersa.
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