Si tuviéramos que definir qué son las mamas tuberosas la definición más fiel sería la de: pechos que crecen demasiado rígidos y no de forma redondeada, sino solo hacia adelante, adoptando forma de “tubo”. O que son estrechos y están extremadamente separados, siendo muy pequeños o llegando a caer sobre el tórax. Esto ocurre en casos extremos, pero también puede haber mamas tuberosas que no lo parezcan. Y también en estas ocasiones el cirujano va a necesitar corregir la forma de la mama a la hora de introducir una prótesis.
Esta intervención puede requerir, por tanto, cualquier tipo de prótesis, y el cirujano debe estar familiarizado con todas o la mayoría de ellas. Por eso hemos querido que un especialista reconocido, la Dra. Nélida Grande, nos explique en qué consiste la cirugía plástica para mamas tuberosas. Una operación que, por lo general, es mucho más que introducir un implante.
Una cirugía que libera tu pecho
Cambiar la apariencia de unas mamas tuberosas no es fácil. En primer lugar porque es algo genético y cada caso es completamente único. Además, las chicas que se operan de esta malformación son muy jóvenes, y el profesional médico ha de estudiar exhaustivamente la solución que propone para remodelar cada busto. Habitualmente esta problemática requiere una remodelación glandular completa. El objetivo es conseguir un pecho redondeado y natural, al que además de una nueva forma a veces se le da un volumen extra.
La clave de esa remodelación empieza, si es necesario, con la reducción de la areola. Ya que en un pecho tuberoso pueden ser excesivamente grandes. Y continúa con la fragmentación, o en otras palabras la liberación, de la zona que está compactada. Para que se expanda buscando la forma natural del pecho. Finalmente, hay que igualar ambos senos.
¿Tengo unas mamas tuberosas?
Los cirujanos plásticos se suelen basar en una clasificación que engloba tres grados de mamas tuberosas. El grado I significa que la anomalía es leve. El grado II que tiene cierta gravedad, y el grado III establece una tuberosidad severa. Quizá leyendo estos niveles te preguntes si tu pecho sufre esta patología. Porque puede ser que sea pequeño, y que tenga cierta semejanza a lo que te describimos hoy. Pero es posible que no lo sea. Por esta razón, la mayoría de los cirujanos plásticos reconocidos no emiten diagnósticos ni te darán un presupuesto sin antes valorar personalmente tu caso. Lo mejor es realizar una consulta médica para confirmar cualquier duda.
Si tu cirujano confirma que tienes mamas tuberosas, no tengas miedo. La evolución de tus pechos ha sufrido un estancamiento pero la cirugía puede tener la respuesta. Un cirujano con suficiente experiencia en tratar mamas tuberosas puede haber intervenido a cientos de pacientes. De este modo, puede, además de realizar la parte más técnica de la intervención, aconsejarte la prótesis más adecuada para ti. Según la Dra. Grande, médica especialista en cirugía plástica, reparadora y estética, no se trata solo de tamaño. También de cobertura del implante, de su forma, del tipo de relleno y de las características propias de la marca comercial.
Ya me he operado, ¿y ahora?
Tras la cirugía, tus pechos estarán algo hinchados y tendrán un vendaje. Y necesitarás reposo y un sujetador especial. También te recomendarán, si es necesario, utilizar una banda de compresión para asegurar la evolución correcta del busto. Te recordarán también no dormir boca abajo ni de lado, así como no hacer deporte, hasta que te indiquen lo contrario. El médico que te ha operado te dará todas las instrucciones para el proceso postoperatorio.
Los cuidados durante los siguientes meses a la operación son importantes para que los resultados obtenidos en quirófano se asienten. Y que las antes tuberosas ahora sean unas mamas redondeadas y simétricas. Este periodo postoperatorio puede durar aproximadamente un año, aunque al principio será más intensivo. Tu cirujano programará las visitas correspondientes a cada etapa de este proceso. Pero no te preocupes, porque en el momento que te quiten la venda tras la cirugía, verás ya tu ilusión cumplida. Los resultados son inmediatos, aunque necesitarán un tiempo para asentarse definitivamente.
Y si estás leyendo este artículo porque tu ya has sido paciente y te operaron en el pasado sin el éxito planificado en el preoperatorio, has de saber que las cirugías secundarias están para corregir esos resultados. El cuerpo humano no responde siempre como esperamos, y aunque la cirugía haya sido correcta, es posible que con el tiempo la forma de tu pecho no sea satisfactoria para ti. Y se podría volver a corregir. En definitiva, y como rezaba nuestro titular, las mamas tuberosas conllevan la operación más personal de la cirugía de pecho. Asegúrate de que las manos en quien depositas tu confianza lo ven así.
Contenido elaborado en colaboración con la Dra. Nélida Grande, directora médica de CLÍNICAS NG
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