El exfoliante de labios, también llamado lip scrub, no es otra cosa que una versión labial de cualquiera de los otros tipos de exfoliantes (corporales o faciales) que podemos encontrar en el mercado. Su función es retirar las células muertas que se acumulan en los labios y dejarlos suaves y bonitos, haciendo así que luego, cuando apliquemos el maquillaje, se vea mucho más uniforme y dure mucho más el color, ya que el pigmento se agarra mejor al labio.
Esto es especialmente importante cuando utilices una barra de labios mate, ya que ese tipo de maquillaje reseca mucho más los labios, y por lo tanto es más normal que nos salgan pieles muertas cuando los usamos a diario y durante un tiempo prolongado.
Suelen estar compuestos de partículas algo más grandes que las de los exfoliantes faciales, y estar formulados sobre una base oleosa, aunque hay miles de opciones diferentes con ingredientes muy dispares en función de la marca.
En cuanto a la frecuencia de uso, dependerá un poco de cada caso en concreto y de la tendencia de cada persona a la aparición de pielecillas en los labios, pero por norma general con utilizar el exfoliante de labios una o dos veces por semana es más que suficiente.
Una vez que hayas terminado con tu exfoliación, al igual que pasa con la corporal y la facial, es muy importante aplicar un producto hidratante y dejarlo actuar hasta que se absorba por completo. Por ello, lo más recomendable es realizar esta exfoliación por la noche antes de irnos a dormir, para que el bálsamo labial que apliquemos a continuación pueda hacer efecto mientras dormimos y a la mañana siguiente despertemos con unos labios suaves, bonitos ¡y muy besables!
Otra opción es que después de exfoliar tus labios utilices una mascarilla específica antes del bálsamo, para dejar tu boca todavía más suave y cuidada.
Las opciones DIY
Lo bueno de los exfoliantes labiales es que es un producto muy fácil de hacer en casa, utilizando ingredientes naturales, que todos tenemos en la cocina, y asegurarte de que estás usando un producto de cosmética sin ningún tipo de químicos ni conservantes. ¡Todo un lujo!
Existen diferentes versiones, pero todas ellas son muy sencillas, tienen una textura bastante similar y el resultado que se obtiene es prácticamente el mismo.
- A base de aceite: mezcla en un bote (puedes utilizar alguno de una crema que hayas gastado) un par de cucharadas de aceite de coco, dos de azúcar, preferiblemente moreno, y dos de aceite de almendras. Remueve hasta que quede una pasta uniforme y listo. Aplica el producto con los dedos, dando un pequeño masaje circular durante un minuto. Se puede aclarar con agua fácilmente y gracias al aceite tus labios quedan perfectamente hidratados.
- A base de miel: la creación de esta versión no puede ser más sencilla, ya que solo tienes que mezclar una cucharada de miel, una cucharada de aceite de oliva y una cucharada de azúcar. La miel tiene propiedades actibacterianas, antiinflamatorias y cicatrizantes, por lo que es una opción perfecta para las personas con tendencia a tener heriditas en los labios.
- A base de café: es ideal para las pieles más sensibles, puesto que el café (molido) tiene un grano más fino que el azúcar y por tanto ofrece una exfoliación mucho más suave y delicada.
Elijas el lip scrub casero que elijas, lo mejor es que estarás haciéndote un tratamiento de belleza que te saldrá prácticamente gratis y que además querrás comerte, ya que todos ellos tienen un sabor irresistible. Otra ventaja de hacerlo tú misma es que no tendrás que preocuparte cuando se te acabe y te quieras exfoliar los labios, ya que en un momento tendras otra vez disponible tu exfoliante DIY.
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