La fuerza de la gravedad es una de las características de nuestro planeta que lo hacen habitable. Sin embargo, como todo en la vida, también tiene su parte negativa, pues todo, incluido nuestro rostro, acaba cayendo en sus redes.
Por suerte, aunque no podemos luchar contra la gravedad, sí que podemos retrasar sus efectos en nuestra piel y ayudarla a mantenerse joven por más tiempo y recuperar la firmeza perdida. ¿Cómo? Gracias a estos dos importantes descubrimientos científicos aplicados al campo de la belleza.
Las cavidades subdérmicas
Con el paso de los años, la estructura de la dermis ya no se comporta igual que la de una piel joven, pues empiezan a formarse en ella unas pequeñas bolsas llamadas cavidades subdérmicas. Estas cavidades se rellenan con grasa subcutánea, de mucha menor densidad y firmeza que la estructura normal de la piel, por lo que esta pierde su función de sujeción, y deja así de funcionar como sustento de las capas más externas. Esto, unido al efecto de la gravedad, produce la flacidez del rostro.
Así, a partir de los 40 podemos empezar a notar que nuestra piel pierde firmeza, que el óvalo facial se desdibuja y que nuestro rostro ha perdido definición y elasticidad. Para evitarlo, la única solución es que los fibroblastos (las células encargadas de producir colágeno y elastina) mejoren su función, que se va perdiendo con los años, y proporcionen a la dermis una mejor densidad y firmeza. ¿Cómo se consigue? Gracias al siguiente descubrimiento.
LETTER
Las células madre desplazables
La hipodermis (la capa más profunda de la piel) cuenta con una serie de células madre que tienen la capacidad de convertirse en fibroblastos. Sin embargo, hasta el momento se creía que este tipo de células madre no podían trasladarse por el resto de capas de la dermis, y por lo tanto su capacidad de reconvertirse en fibroblastos no solucionaba esa falta de este tipo de células en las capas más externas.
Recientes estudios científicos han demostrados que estas células madre son desplazables, es decir, que se trasladan por toda la dermis para convertirse en fibroblastos, y que además tienen la capacidad de activar los fibroblastos ya existentes (que pierden eficacia con el paso de los años) y promueven de esta manera en mayor medida la producción de colágeno y la elastina. ¿El resultado? Una piel más firme, fuerte, densa y joven.
Por lo tanto, si conseguimos atraer a las células madre desplazables dentro de la cavidades subdérmicas para que allí se transformen en fibroblastos (y activen a los ya existentes) podremos rellenar estas cavidades de nuevo para redensificar y fortalecer la estructura de la piel.
Ambos descubrimientos han sido realizados por los laboratorios de Shiseido creando una línea específica para luchar contra el envejecimiento gravitacional y la pérdida de firmeza, Bio-Performance LiftDynamic de Shiseido, que contiene estos principios activos:
- Phyto esencia de romero: atrae a las células madre desplazables hacia las cavidades subdérmicas para que allí se conviertan en fibroblastos, y consigan frenar y dar marcha atrás al proceso de la flacidez.
- Inositol: se trata de un tipo de vitamina B extraído del salvado de arroz que mantiene las funciones de las células madre de la dermis, evitando que se ralenticen con el paso del tiempo.
- Reno Cycle System: normaliza el ciclo de división celular para mejorar los problemas de la piel. Mejora el proceso de chequeo y reparación de todas las células.
- Ácido Súper Bio-Hialurónico: similar al ácido hialurónico existente en nuestro cuerpo de manera natural, este ingrediente contiene una cantidad extraordinaria de agua, lo que hace que la piel esté continuamente hidratada y sea menos propensa a la formación de arrugas.