Artículo elaborad por Virginia Sánchez, directora médico quirúrgica de Clínicas Dorsia
A día de hoy todo el mundo ha oído hablar, en mayor o menor medida, del ácido hialurónico y de sus propiedades antienvejecimiento. Es una sustancia que se encuentra de forma natural en numerosos tejidos y órganos del cuerpo humano, como en el cordón umbilical o en el líquido sinovial, y su propiedad fundamental es la capacidad para atraer y retener el agua, lo que hace que esos tejidos se mantengan en buenas condiciones.
El que se usa en cosmética, es obtenido por síntesis y su función es la de penetrar en la piel, mezclarse con el ácido hialurónico natural y, de este modo, promover la producción de más cantidad de esta sustancia, además de favorecer la formación de colágeno.
Para que una crema regeneradora, reafirmante e incluso una simple hidratante, se considere un buen artículo, debe reconocerse por sus niveles de ácido hialurónico. Si a este polisacárido le llaman el nuevo elixir de la belleza…es por algo.
Los niveles hídricos del ácido hialurónico, contribuyen también a la elasticidad, volumen y tersura de la piel. Por estos motivos, el ácido hialurónico se ha convertido en un básico de la medicina y cirugía estética. Además de los usos más conocidos del ácido hialurónico, existen tres aplicaciones de esta sustancia que difícilmente habríamos imaginado hace unos años.
Corrección del lóbulo rasgado de la oreja
Esto a veces le ocurre a las mujeres adultas que llevan años luciendo pendientes, sobre todo si son largos y con peso. En estos casos, la piel del lóbulo de la oreja puede sufrir daños y debilitarse de forma que el agujero aumenta de tamaño dando una apariencia antiestética. Con solo dos sesiones, el ácido hialurónico consigue reforzar la piel de la zona, su densidad y resistencia, hasta los próximos doce meses. La primera sesión será de infiltración del producto y la segunda de seguimiento o retoque si fuera necesario. El intervalo necesario entre ambas será de dos semanas.
Rejuvenecimiento genital femenino
Una opción mínimamente invasiva, que libra a la mujer de la posible dependencia de lubricantes, hidratantes y cremas. Con dos sesiones de treinta y cinco minutos, se espera mejorar la hidratación y la elasticidad de este área íntima por un periodo de entre seis y nueve meses. A la inyección del producto precede un anestésico tópico para evitar molestias. En general, la intervención mejora la autoestima femenina y favorece las relaciones sexuales.
Borrar cicatrices
Se dice que no hay goma para borrarlas, pero ya se ha comprobado que el ácido hialurónico mejora sustancialmente las de tipo atrófico, es decir, las hundidas (como las resultantes del acné), rellenándolas y elevándolas. Tras el diagnóstico personalizado, se procede a comenzar con el tratamiento, que está dividido en 2 sesiones, una de infiltración del producto y la segunda, de seguimiento o retoque si fuera necesario. El intervalo entre las mismas será de dos semanas.
Es muy importante recordar que siempre debe ser un profesional especializado, un médico estético, quien realice las aplicaciones de este y otros productos similares, y que los centros deben estar también homologados al respecto. Nunca deberán administrarse ácido hialurónico ni botox en peluquerías ni salones de belleza.
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