Hay ciertos alimentos que aceleran este proceso y que, además, ayudan a que consigas un tono realmente bonito.
Una dieta adecuada ayuda a preparar la piel para la exposición solar, aumenta tus defensas y disminuye los efectos perjudiciales del sol. Si este verano te has propuesto presumir de bronceado te vamos a ayudar. Con estas recomendaciones serás la reina de la playa. Para empezar, un consejo que quizá te parezca atípico aquí: come productos integrales. Los productos integrales (pan, arroz, pasta…) aportan mucha vitamina B al organismo, hidratando la piel desde dentro y haciendo así que el bronceado se note más rápidamente. Y, antes de seguir, otro recordatorio, ¡bebe mucha agua!
¡Arriba esa vitamina C!
La vitamina C quizá sea el componente más importante que debes tomar si quieres conseguir un bronceado bonito. Esta vitamina tiene propiedades antioxidantes, refuerza el sistema inmunológico y ayuda a tener una piel luminosa. A nivel cutáneo, protege las fibras de colágeno y elastina, que son dos elementos clave en la estructura de la piel.
La naranja es el alimento que más vitamina C contiene, pero hay muchas otras maneras de incluirla en tu dieta. Esta vitamina se encuentra especialmente en las frutas, un alimento muy apetecible en la época estival, principalmente en limones, pomelos, kiwis, moras y fresas. Por ejemplo el limón y el pomelo contienen bioflavonoides, que mejoran la micorcirculación además de luchar contra el envejecimiento celular debido a sus propiedades antioxidantes.
Sin embargo, también podemos encontrarla de manera abundante en varios vegetales como la coliflor, las espinacas, la col, los pimientos o los tomates, e incluso en algunos tubérculos como la patata. Si no eres muy amiga de las frutas, siempre puedes incorporar la vitamina C en tu vida a base de suplementos alimenticios.
Todo al naranja
¿Has oído hablar alguna vez del betacaroteno? El betacaroteno es un pigmento vegetal que el sistema digestivo transforma en vitamina A y almacena habitualmente en el hígado. Este proceso ayuda al bronceado por su síntesis de melanina. La melanina, por su parte, actúa como filtro natural de los perjudiciales rayos ultravioleta, protegiendo así nuestra dermis. En definitiva, los alimentos que contienen caroteno (o betacaroteno) son perfectos para aumentar el bronceado.
Los alimentos que contienen mayor cantidad de betacaroteno suelen ser de colores vivos e intensos: rojos, naranjas, amarillos… La zanahoria es probablemente el potenciador natural del bronceado más conocido, pero hay muchos otros ejemplos: las acelgas, el perejil, la lechuga, el melocotón, el mango, la papaya, las cerezas, la calabaza, el brócoli...
Es aconsejable que consumas estos alimentos dos semanas antes de empezar a exponerte al sol, puesto que el caroteno alcanza el pico de su concentración en el organismo 15 días después de haber sido ingerido.
Vitamina E para reparar la piel
Tener un bronceado bonito no solo implica lucir una piel dorada y luminosa, sino también libre de quemaduras y demás lesiones producidas por una exposición solar inadecuada.
Para ello, no puede faltar en nuestra dieta la vitamina E, que es la principal encargada de reparar los daños solares en la dermis. Está presente en frutos secos como nueces, almendras o avellanas y en hierbas aromáticas como albahaca y orégano.
Existe la creencia popular de que los frutos secos engordan, lo que hace que muchas personas los hayan eliminado de su cocina para siempre. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Un puñadito diario de frutos secos ayuda a reducir el riesgo de infarto, además de tener un alto poder saciante.
¿A qué esperas para incluirlos en tu dieta?
Piel más elástica gracias al azufre
El azufre es un mineral con unas interesantes propiedades en la alimentación, ya que es uncomponente esencial en la formación de la tiamina (vitamina que participa en el metabolismo de los hidratos de carbono para la generación de energía), combate la pérdida de elasticidad de la piel y participa en la síntesis de colágeno.
Las legumbres, los espárragos, la cebolla, el ajo y el huevo, son las principales fuentes de azufre en la nutrición, por lo que su consumo es también primordial si queremos mantener la belleza de nuestra piel yprevenir la deshidratación y sequedad que se produce en la misma tras la exposición solar.
Pese a que estamos acostumbradas a asociar las legumbres con platos pesados y poco apetecibles en los meses de verano, una buena forma de incluirlas en nuestra dieta cuando el calor hace su aparición, es a través de ensaladas, mucho más ligeras, y otras recetas perfectas para compartir como el hummus. ¿Quién dijo que las legumbres eran un plato aburrido?
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Hidrata tu piel
Una vez que has conseguido ese color que tanto deseabas llega el momento de mantenerlo. También aquí la alimentación juega un papel fundamental. Los ácidos grasos son claves para prolongar el bronceado. Los llamados ácidos grasos Omega-3 se encargan de proteger la piel contra la deshidratación, regulando la pérdida excesiva de agua.
Una piel convenientemente hidratada se broncea mejor y el color permanece durante más tiempo. Incluso después de nuestra exposición al sol es importante hidratarla: los ácidos grasos evitan la sequedad y la formación de arrugas que puede producirse después de una sesión de bronceado.
Los alimentos ricos en Omega-3 nos ayudarán, por tanto, a tener una piel más suave y un aspecto más agradable. Los pescados azules son muy ricos en estos ácidos grasos: arenque, salmón, sardinas, anchoas, atún... Los aceites vegetales también son beneficiosos, igual que algunos frutos secos como las nueces, las almendras, los pistachos o las avellanas. El aceite de onagra también posee propiedades hidratantes para tu piel aumentando su elasticidad y por tanto su apariencia gracias a los ácidos grasos de su composición.