Por otro lado, el trabajo que desempeña una mujer no se reconoce al mismo nivel que un trabajo idéntico realizado por un hombre. Esto, además, se traduce en su remuneración económica. Los salarios de las mujeres, en España, son inferiores a los de los hombres desempeñando un mismo trabajo o ocupando un puesto de igual categoría. Asimismo, el aumento de las responsabilidades y las funciones en el trabajo no ha ido en consonancia con el sueldo.
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En España, la mitad de las empresas no aplican ningún tipo de programa de igualdad. Como señala Margarita Artal, consultora especializada en políticas de género, “las empresas se muestran reticentes a la hora de poner en marcha un plan de igualdad”. Además, añade que “una de las mayores causas por la que las mujeres no alcanzan puestos de responsabilidad es por la necesidad de conciliar su vida familiar con la profesional, que, todavía a estas alturas, parece que está en tus manos”.