Cada año cuando llega el calor hay varios temas que, como en un bucle sin fin, vuelven a saltar a la palestra. Uno de ellos es, sin duda, la indumentaria que debemos llevar al trabajo cuando el calor aprieta. Hay empresas con un reglamento bastante laxo para este tema que, dentro de unos límites comprensibles, aceptan que la ropa de verano ha de ser más fresca que la del resto del año. Otras, sin embargo, tienen restricciones muy rígidas sobre la vestimenta que deben llevar sus trabajadores.
Por regla general, en el caso de las mujeres está socialmente aceptado ir a trabajar con vestidos, faldas o pantalones cortos cuando llega la temporada estival. Sin embargo, cuando hablamos de hombres la cosa se complica. ¿A qué crees que se debe esta diferencia? ¿Qué te parece a ti que los hombres vayan a trabajar en pantalón corto? Falta de elegancia y seriedad o ropa inadecuada para reuniones con clientes son algunos de los argumentos que esgrimen las empresas.
Esta misma semana, dos iniciativas se han convertido en virales por volver a abrir el debate con el grito de guerra de algunos hombres para adaptar la ropa de trabajo al verano. ¿Has escuchado la historia de Joey Barge?
Este joven británico de 20 años retransmitió su hazaña a través de su cuenta de Twitter: intentó ir a trabajar en pantalón corto en una empresa en la que, por norma, los hombres deben llevar pantalón largo. Al llegar, le llamaron la atención y tuvo que volver a casa para cambiarse. Lejos de acceder a las peticiones de sus superiores, decidió rizar el rizo poniéndose un vestido como el que llevan sus compañeras de trabajo y que, como es lógico, también dejaba al descubierto sus piernas. Cuando volvió al trabajo, la empresa decidió replantearse su estricto código de vestimenta y dejará a los hombres ir a trabajar con pantalones, siempre y cuando sean piratas, no bermudas.
Por otro lado, en Francia también esta semana se han manifestado alrededor de este tema. En este caso han sido los conductores de una empresa de transporte de Nantes que se ven obligados a trabajar con pantalón largo, mientras sus compañeras mujeres, visten falda. Por eso, esta misma semana unos cuantos trabajadores han conducido sus autobuses y tranvías ataviados con esta prenda originariamente femenina. En este caso, transformar los principios de la compañía parece algo más complejo y, a pesar de su curiosa protesta, no han llegado los cambios.
Nosotras pensamos que, en nuestra lucha por la igualdad, en este sentido las empresas también deberían mantener la coherencia en el trato de sus trabajadores y trabajadoras. Mientras nuestro vestuario siga unas pautas lógicas, ¿por qué no diseñar una indumentaria que difunda la igualdad entre géneros?
Y hablando de igualdad laboral, rescatamos las palabras de este eurodiputado polaco hablando de la supuesta capacidad más limitada de las mujeres frente a los hombres a la hora de trabajar:
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