Entre la lluvia de emails, el teléfono que no para de sonar y la cadena de reuniones, temes que no te dé tiempo a terminar todos los dossiers. La solución: organizarte bien. Te damos unos consejos para que el trabajo no te coma.
Organiza tus emails
Dedícale media hora a la organización de emails. En vez de dejar que te molesten cada 5 minutos, abre la bandeja de entrada cuando llegues a la oficina por la mañana, y dedícale 30 min para responder a los emails. A continuación, cierra la bandeja de entrada y no la vuelvas a abrir hasta la tarde.
Corta el teléfono
Es difícil avanzar en un proyecto si el teléfono no para de sonar. Si quieres estar tranquila, activa el buzón de voz. Si no tienes uno, organízate con una compañera: ella responde por ti el teléfono por la mañana y te anota los mensajes y tú haces lo mismo por ella a la tarde. Una vez termines el trabajo urgente, recoge los mensajes y responde a las llamadas si es necesario.
Planifica las pausas
Una vez más, María acaba de aparecer en tu despacho con un cafecito, nerviosa por contarte el programa que vio ayer por la noche. El problema es que tú tienes todavía 12 dossiers pendientes, una presentación por preparar y una cita con un cliente esta tarde-noche. No dejes que los charlatanes de tus compañeros te molesten. Para que estés más tranquila, pide a tus compañeros que te llamen antes de que se pasen por tu despacho. Y, si no, queda con todos ellos a una hora para hacer un descanso en la máquina de café.
Anticipa
Evita trabajar siempre a última hora. Generalmente, las fechas de entrega suelen ser a largo plazo. En lugar de dedicarte a fondo la semana anterior, prevé el trabajo y dedícale algo de tiempo antes. Así evitarás sorpresas de última hora.
Establece un orden de preferencia
Realiza una lista con todo lo que tienes que hacer. De los más importante a lo menos importante. Subraya los más importantes y táchalos una vez vayas terminando. Lo verás todo más claro y ¡evitarás olvidos!
Prevé algo de tiempo para los imprevistos
LETTER
Si siempre trabajas a última hora, no tienes margen de tiempo para trabajar sobre un dossier suplementario o una reunión imprevista. Desgraciadamente, en el trabajo, nada se desarrolla como lo previsto, y siempre hay algo que desplaza todo el planning. ¡Es entonces cuando nos entra el pánico! Evita el estrés reservando algo de tiempo para los imprevistos de cada día.